Los presidentes de Azerbaiyán, de Georgia y de Turquía abrieron simbólicamente las válvulas del oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan, que crea una nueva vía para transportar el petróleo del mar Caspio hacia los mercados occidentales.
Acompañados por el secretario estadounidense de la Energía, Samuel Bodman y por el presidente del grupo BP John Brown, los tres mandatarios giraron cada cual a su vez, las manillas de un réplica del oleoducto instaladas en una tienda donde se desarrollaba la ceremonia, en el terminal petrolero de Sangachal.
El oleoducto que permitirá evitar el paso de los petroleros por los estrechos turcos saturados, así como la utilización de la red de oleoductos rusa, transportará hasta el Mediterráneo hasta un millón de barriles de petróleo diarios.
Su puesta en servicio efectiva sólo se hará a fin de año al término de una fase de ensayos de cebado para lo cual serán necesarios hasta 10 millones de barriles de crudo. El primer cargamento en Ceyhan de un petrolero está previsto para el cuarto trimestre de 2005.
El grupo británico BP posee el 30% del consorcio que administra el oleoducto. Los otros accionistas son la sociedad petrolera nacional azerbaiyanesa Socar, Amerada Hess, ConocoPhillips, Eni, Inipex. Itochu, Statoil, TPAO, Total y Unocal.