El deseo de Miguel de Cervantes de ser nombrado corregidor de La Paz en 1590 unió en un libro la obra de cuatro escritores y un pintor bolivianos que exploran la posibilidad de que la capital andina hubiera sido la cuna de Don Quijote de la Mancha en 1605.

El libro contiene textos sobre el anhelo de Cervantes de emigrar al Nuevo Mundo, la presunta autoría de la gran novela por Cide Hamete Benengeli, entre otros temas.

El novelista Néstor Taboada Terán, que lleva más de medio centenar de libros en su haber y fue candidato al Premio Cervantes, dijo que este trabajo colectivo es un homenaje a la “vida sacrificada, todo el tiempo perseguida por la miseria y la justicia” del escritor español.

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La obra se titula Miguel de Cervantes Saavedra. Corregidor Perpetuo de Nuestra Señora de La Paz y en ella Taboada destaca el pedido realizado por el escritor al rey Felipe II el 21 de mayo de 1590 para ocupar uno de los cargos vacantes en el Nuevo Mundo.

Uno de esos cargos era el de corregidor de La Paz, como un premio a sus servicios militares, y que fue rechazado por el Consejo de Indias el 6 de junio de aquel año. Ese deseo mantiene vigente la posibilidad de que la obra cumbre en español pudiera haberse escrito en 1605 en esta ciudad o en cualquiera de los otros tres destinos que pidió en América.

Las otros cargos vacantes eran la Contaduría del Nuevo Reino de Granada, la Gobernación de la Provincia de Coconusco en Guatemala o Contador de las Galeras de Cartagena.

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“Qué gran honor para los paceños que haya pensado en La Paz para salir de su infortunio en España”, apuntó Taboada.

Para cumplir con el deseo del escritor, un cabildo paceño en 1948 proclamó a Cervantes Corregidor Perpetuo y el ex presidente Víctor Paz Estenssoro elevó la decisión a decreto en 1962.

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Consultado acerca de si cree que Cervantes hubiera escrito El Quijote en La Paz, Taboada opinó que “yo pienso que tal vez no, porque hubiera estado en la abundancia”, es decir, que el cargo y las comodidades habrían influido en la forma de pensar del novelista, que nutrió su obra de la difícil vida que llevaba.