Según los educadores nocturnos deben reducirse y reubicarse estos establecimientos.

Una reestructuración del sistema educativo nocturno es lo que se plantea como alternativa en un plan estratégico elaborado en el 2001, por la Unión de Educadores Nocturnos del Guayas (UEN) y la Dirección Provincial de Educación, para evitar que las escuelas nocturnas desaparezcan.

Este plan contempla dos proyectos: 1) de racionalización del magisterio nocturno; y, 2) un modelo de la nueva escuela nocturna de nueve años: la primaria elemental de seis años y los tres restantes de básico ocupacional, es decir para que aprendan carreras técnicas o artesanales.

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Manuel Antón Vélez, presidente de la UEN y director de una escuela nocturna en la Cdla. Martha de Roldós, expresa que este proyecto fue elaborado tras evidenciarse en el 2001 la disminución paulatina de alumnado y la falta de trabajo de los maestros.

Según el estudio de esta época, en Guayaquil deben quedar 23 escuelas (actualmente hay 96), una en Eloy Alfaro Durán, otra en Milagro, una en Yaguachi, otra en Naranjito y otra en El Empalme.

Antón manifiesta que este plan desde su elaboración, ha sido presentado a los ministros de Educación de turno, pero la falta de continuidad de las autoridades por la inestable situación política del país han impedido su realización.

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La actual ministra de Educación, Consuelo Yánez, quedó satisfecha con este proyecto que le presentaron el pasado 2 de mayo y que –según Antón– la funcionaria ha prometido darle trámite.

Antón expresa que defienden la existencia de las escuelas nocturnas, pero también la racionalización de los recursos, porque no se justifica que funcione una escuela con 5 ó 6 alumnos y 4 ó 5 profesores.

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Rebeca Córdova, directora de la escuela Olga Peralta Valarezo, en Av. del Ejército y 9 de Octubre, por su parte, sostiene que los maestros nocturnos han aceptado acogerse a la compra de renuncias, pero con la condición de que las escuelas sean reestructuradas.

Córdova señala que las escuelas nocturnas no pueden desaparecer porque siempre habrá personas que no han tenido la oportunidad de estudiar en horarios matutino o vespertino por problemas de trabajo.

Al contrario, deben integrarse y formar centros ocupacionales con aprendizaje de belleza, sastrería, entre otras carreras cortas.

“Es necesaria porque hay muchos chicos y adultos trabajadores que anhelan superarse y la única garantía es una escuela regular”, expresa.

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Martha Pastor y Alicia del Castillo, maestras de la escuela República de Argentina, ubicada en García Moreno entre Sucre y Colón, dicen que se acogerán a la renuncia voluntaria.

Ellas plantean la reubicación de las escuelas del centro de la ciudad a sitios donde sean en realidad necesarias como los barrios marginales.

“No es correcto y justo estar sentadas tres horas de la noche con dos o tres alumnos, de eso sí tenemos plena conciencia”, aseguraron.