Alrededor de 400 comerciantes informales que no pagan tributos al Municipio ni declaran impuestos al fisco ocupan las veredas de las calles céntricas de la urbe.
Esta cifra va en aumento, según la Comisión de Vía Pública del cabildo.
“No se puede caminar libremente por las aceras de la calle Siete de Octubre porque los comerciantes se han adueñado de estos lugares”, aseveró Fátima Mendoza, ama de casa que critica a las autoridades municipales por su falta de acción.
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Las calles Siete de Octubre y Bolívar, entre las transversales Cuarta y Décima, son unas de las zonas más problemáticas debido a la presencia de una multitud de expendedores.
Allí se venden perfumes, jabones, lotería, refrescos, mariscos, flores, medicina natural y artesanías.
Los zapateros y relojeros también ofrecen sus servicios en improvisados quioscos que interrumpen el paso peatonal por las veredas.
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Estos negocios informales aparecen a diario, pero se dan con más frecuencia los fines de semana.
“Quevedo crece sin orden; hay basura en cada esquina y falta higiene”, comentó Manuel Velásquez, quien llegó a la ciudad desde los Estados Unidos, donde labora.
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En Quevedo hay dos mercados que se encuentran en mal estado, donde un grupo de comerciantes ofrece sus productos sin problemas.
La administración municipal destinó la planta baja del mercado número 3 para que los comerciantes se ubiquen ahí, pero estos no quieren porque aducen que los clientes no concurrirán. “También está desocupado el mercado de San Camilo, pero consideran que está alejado del centro de la ciudad”, dijo el alcalde Marco Cortés.
Los comerciantes informales señalaron que pagan entre $ 0,50 y $ 1,50 diarios por impuestos al Municipio por ocupación de la vía pública, en días festivos el valor se incrementa.