El presidente  Alfredo Palacio cumplió ayer un mes en el poder con “más sombras que luces”, porque no ha logrado contener el descontento de la población que considera que no ha cambiado nada.

Esa es la visión del religioso Eduardo Delgado, uno de los personajes que formaron parte del denominado  movimiento ‘forajido’, que acabó con el gobierno del presidente Lucio Gutiérrez,  el 20 de abril.

Delgado, un dirigente de la Coordinadora de Movimientos Sociales, aseguró que “los ‘forajidos’ vemos con mucha preocupación este mes de Palacio; creo que más que luces hay sombras, porque se ha ido consolidando nuevamente el poder fáctico, los mismos poderosos siguen en este Gobierno y la embajada estadounidense sigue ejerciendo presiones”, afirmó.

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Los ‘forajidos’  agradecen su nombre al propio Gutiérrez, quien aún en el poder calificó con ese apelativo a cientos de manifestantes que fueron a exigirle en su domicilio que renunciara al cargo.

Los ‘forajidos’ impidieron que el 20 de abril Gutiérrez pueda salir del aeropuerto de Quito en una avioneta. Los manifestantes invadieron la pista, por lo que el ex presidente volvió a tomar el helicóptero en el que salió de Carondelet. Luego se refugió en la Embajada de Brasil hasta que tramitó su asilo en ese país, donde ahora reside.

Mientras, los colaboradores de Gutiérrez casi han desaparecido del mapa político: unos están fuera del país y otros evitan a la prensa.

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Palacio, en tanto, gobierna con una popularidad del 53%.

“Con esta administración se regresa a un mínimo de institucionalidad, pero  no se pueden esperar cambios sustanciales porque su periodo va a ser muy  corto”, dijo Vladimir Sierra, coordinador del programa de  gobernabilidad de la Universidad Católica.

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“Para un gobierno débil como el de Palacio la situación es compleja”,  agregó el analista Simón Pachano, al desestimar que con él se haya vuelto a los canales institucionales.

“Decir que con Palacio se retoma la institucionalidad es bastante optimista  porque en este momento no tenemos Tribunal Constitucional, ni Corte Suprema de  Justicia, ni contralor, y la Defensoría del Pueblo lleva cinco años sin un  titular, además el Congreso está en un supuesto proceso de autodepuración”,  explicó.

El director de radio La Luna, Ataúlfo Tobar, pondera los esfuerzos del Gobierno, pero al referirse a la posibilidad de que los ‘forajidos’ hayan sido utilizados, dice que ellos armaron “la fiesta, pero otros se comieron el banquete”.

El “movimiento forajido” ha declarado una vigilancia estrecha al Gobierno de Palacio, incluso algunos le han dado un plazo de cien días para que cumpla el mandato de los sectores sociales que exigen una Asamblea Constituyente.

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