En los primeros 10 kilómetros de Huaquillas a Tumbes, la carretera Panamericana empieza a dibujarse a través del distrito de riego Puyango-Tumbes. A cada lado de la vía los arrozales que faltan por cosechar corresponden a la tapa terminal de la campaña mayor en esta área fronteriza que comprende unas 8.000 hectáreas bajo riego.

Carlos Benítez, agricultor del recinto La Jota,  se acercó al pensar  que éramos los primeros compradores ecuatorianos que veía este año.   “El arroz ha subido un poco, vendo a 64 céntimos de sol el kilo ($  0,19)”, manifestó, mientras tomaba puñados de uno de los  montículos que acabada de vaciar la cosechadora.

A diferencia de Ecuador, los productos agrícolas en Perú se comercializan por kilo desde el campo y cada céntimo de sol se regatea.

Publicidad

Esta campiña, considerada como proveedora natural del consumo de las poblaciones fronterizas de ambas naciones, la trabajan en su mayoría pequeños agricultores que tienen un costo de producción por hectárea promedio de $ 1.000 y un rendimiento de 8 toneladas en estos suelos más arenosos que arcillosos.

Anualmente hacen dos campañas, una grande y una chica, no emplean más de tres variedades y pagan 25 soles ($ 7,14) por el jornal diario (07h00-14h00).
Más del 80% mantiene viejas deudas que no les impide ser sujeto de crédito.