Viernes 15 de abril, eran las 23h00 y diferentes figuras políticas  aparecieron en vivo en los flashes informativos de diferentes canales de televisión cuestionando la decisión del presidente Lucio Gutiérrez, quien tres horas antes anunció un estado de emergencia en Quito y el cese de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).

El ex mandatario León Febres-Cordero, líder del PSC, afirmó que con esa acción Gutiérrez se declaró dictador y felicitó al pueblo de Quito autodenominado como los ‘forajidos’, quienes desde el miércoles 13 iniciaron los cacerolazos nocturnos para protestar contra el régimen. Dijo que para que los guayaquileños se manifestaran solo faltaba “la decisión de ellos y el liderazgo de las autoridades de la provincia y del cantón”.

De inmediato, el mismo canal que entrevistó a LFC se comunicó por teléfono con el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, para que le respondiera. Este aseguró que respetaba la opinión de LFC pero le recordó que Guayaquil fue la primera en manifestarse con la Marcha Blanca (26 de enero) e instó a que el ex mandatario organizara su propia protesta.

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Al día siguiente, en declaraciones a la prensa, Febres-Cordero contestó: “Estoy trabajando con mi bloque en el Congreso, les toca a las autoridades elegidas por el pueblo actuar”.

Ese mismo día sábado, Nebot convocó a rueda de prensa a las 15h00 y anunció una caravana motorizada simultánea en cuatro provincias (Guayas, Manabí, Los Ríos y El Oro) para el 18 de abril (lunes), a las 16h00.

El lunes en la mañana, nuevamente LFC fue entrevistado y calificó dicha protesta como “extemporánea”, pues fue en las noches del viernes y sábado cuando se agravaron las protestas en Quito, y el domingo el Congreso dio el cese definitivo a la CSJ.

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Ya en la caravana, miembros de las cámaras y el diputado Pascual del Cioppo dijeron que la protesta no era solo por la Corte, sino para que el régimen cumpla con sus compromisos con Guayaquil en seguridad y salud. Febres-Cordero no participó en ninguna de las manifestaciones del puerto principal.

El 20 de abril, la situación cambió. Mientras LFC seguía desde su  casa los acontecimientos que derivaron en la destitución de Gutiérrez, Nebot lo hacía desde el Municipio.

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En la mañana, periodistas de todos los medios esperaban fuera de la casa de LFC un pronunciamiento sobre la situación. A las 12h30 se dispuso una rueda de prensa y mientras se organizaban micrófonos y grabadoras en una mesa de la sala, el yerno de LFC, Miguel Orellana, y el ex diputado Xavier Neira (PSC) se paseaban a su alrededor con dos teléfonos en mano. “Está hablando con Jaime”, dijo Orellana a una periodista que pensó que el ex mandatario  se había comunicado con su canal para una entrevista. Minutos después, cuando LFC se iba a sentar, Neira le dijo: “Ya votamos o no”, y Febres-Cordero contestó: “No, esperemos media hora”, pero Neira, que al parecer estaba en línea directa con el Congreso, lo interrumpió y dijo: “Ya están votando, ya están votando”, y salió del lugar.

Se iniciaron las declaraciones y 10 minutos después, una periodista de radio informó a LFC que en ese momento el Congreso dispuso la destitución de Gutiérrez, por votación.

Dos horas antes, el Municipio de Guayaquil había anunciado una asamblea para las 15h00. En el cabildo  aparecieron Nebot y LFC juntos pidiendo que se respetara la sucesión presidencial. Pero incluso ahí, LFC dijo que prefería estar en las calles.

Luego,  Febres-Cordero mantuvo acalorados diálogos telefónicos, según uno de sus allegados, con miembros del Comando Conjunto, a quienes reprochaba no estar dando respaldo al nuevo presidente.

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