Como estar adentro de un ovni (objeto volador no identificado), así describe Miguel Bosé el espectáculo que prevé presentar hoy, a las 20h00, en el coliseo General Rumiñahui.

La gira de conciertos Tour Velvetina 2005 es la puesta en escena más ambiciosa de su carrera. El cantautor español la definió como sofisticada y compleja, durante un encuentro que mantuvo con la prensa tras su llegada a la capital, el martes pasado.

En el recital, el despliegue escénico, con estructuras móviles, estará apoyado con las proyecciones de los videos de los temas del último trabajo discográfico, que al igual que la gira se titula Velvetina,  y luces de texturas novedosas.

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Lo más importante para Bosé: que fluya la creatividad. Ese ha sido su propósito en el proceso de elaboración de Velvetina, al que califica como una de las apuestas más radicales de su carrera.

El trabajo discográfico surgió en medio de la oposición del artista a la participación de España en la invasión a Iraq. “La problemática en ese tiempo era muy violenta. No podía ser inmune a todo lo que estaba pasando...”, expresó.

Bosé encargó la realización de los videos para complementar el trabajo musical a trece cineastas y, asegura, les dio libertad total para crear porque entendió que una visión externa podía aportar más a los temas. “En este álbum sentí la necesidad de saltarme las reglas y hacer cosas diferentes”.

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El cantante equipara a Velvetina con lo que ocurrió con el disco Bandido, que editó en 1993. Este, dijo, fue un trabajo que le dio un giro a su carrera con un nuevo lenguaje musical. “Bandido para mí es la entrada a la música real. Me dio muchísimo miedo, porque no sabía lo que iba a pasar”, explicó. Pero, a diferencia de las épocas de Bandido,  Bosé sacó a la luz a Velvetina con el don de saber controlar el miedo.

Piensa que con su anterior trabajo, Sereno, se cerró un ciclo musical con formas de estructurar la música muy ajenas al nuevo álbum.

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Para Bosé, la música no es un tema lúdico, sino algo que se toma muy en serio. Así se explica su consagración a la elaboración de Velvetina, que le llevó un año de trabajo intenso sin descanso.

Próximo a cumplir los 50 años, mantiene inalterable su consigna de proteger su intimidad de los tentáculos de la opinión pública, y se califica como un personaje aburrido, que solamente llama la atención por sus trabajos musicales.

Mantiene además un aire juvenil, que lleva a muchos a interrogarle sobre el secreto para que no se le noten los años, a lo que responde que la clave es vivirlos. “Lo que sí necesito es seguir explorándome, seguir creciendo. Soy un tipo muy curioso”.

Las entradas para el concierto de Bosé cuestan $ 20 general, $ 30 preferencia, $ 40 butacas, $ 50 sillas vip y $ 60 super vip. Se adquieren en Baskins Robins, Musicalísimo, Music Plus de Mall El Jardín, Casa Tosi del CCI y almacenes Rickie.

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