Boca Juniors y River Plate, los clubes más populares de Argentina, se cruzarán el próximo domingo en una nueva edición del  superclásico , cuando ambos equipos buscan recuperarse de su etapa irregular en uno de los más atractivos choques del fútbol mundial.
 
El partido, que se jugará en el estadio la Bombonera de Boca, por la decimocuarta jornada del Torneo Clausura local, encuentra al equipo local sin más motivaciones que tratar de arruinarle las chances de pelear por el título a los millonarios .
 
Alejado de la vanguardia por los malos resultados y con tres derrotas sucesivas ante rivales modestos (3-2 con Banfield, 2-1 con Argentinos Juniors y  3-1 con Instituto), Boca dilapidó demasiadas chances para pelear por el título, incluso en un campeonato abierto y cambiante en los primeros puestos.
 
River, en cambio, aún mantiene sus aspiraciones con un expectante cuarto puesto, tres puntos por debajo de los líderes Vélez Sarsfield y Racing Club, pero con la urgencia de buscar una rápida recuperación.
 
El conjunto de la banda roja llegó a estar en la cima del certamen, pero decayó con un par de sorpresivas derrotas ante San Lorenzo (3-1) y, nada menos  que en el propio Monumental, ante el humilde Olimpo (2-0), en un ambiente enrarecido por un conflicto entre los zagueros Horacio Ameli y Eduardo Tuzzio, dos referentes del plantel y antiguos amigos.
 
Además, ambos conjuntos están preocupados por su suerte en la Copa Libertadores de América, en la que aparecen como candidatos y ya embarcados en  la crucial etapa de los octavos de final.
 
Boca, que viene de rescatar un agónico 3-3 en su visita a Barranquilla, tendrá su desquite en casa el jueves próximo ante el colombiano Junior.
 
Ese mismo día, River recibirá a la ecuatoriana Liga Deportiva Universitaria, con la obligación de revertir la caída (2-1) que sufrió en la altura de Quito.
 
Aun con el objetivo de la Libertadores en el centro de las aspiraciones,  ninguno de los dos va a menospreciar el clásico, y por eso se prevé que tanto Boca como River van a alinear con mayoría de titulares, o al menos con varios jugadores de experiencia.
 
Una caída sería un fuerte golpe anímico en un partido que se vive casi como un campeonato aparte.
 
Escueto, el entrenador de Boca, Jorge Chino Benítez, señaló que "para el clásico creo que estamos bien", sin dar detalles respecto de una probable formación, algo a lo que tiene acostumbrados a la prensa y a los hinchas.
 
Para Boca, lo principal a corregir será la debilidad de una defensa que en otros tiempos era un cerrojo y ahora se desarma con llamativa sencillez.
 
El conjunto xeneize recibió 11 goles en los cuatro últimos partidos que disputó, con serios desacoples acentuados por una inquietante tendencia a utilizar el fuera de juego de manera sistemática.
 
Pero también en River inquietan algunos errores en la última línea, sobre  todo cuando no están Ameli y Tuzzio, los centrales habituales de la formación  millonaria , que tampoco contaría con el delantero chileno Marcelo Salas,  acostumbrado a quedarse al margen por sus repetidas lesiones.
 
Con entradas que seguramente se agotarán casi al mismo tiempo de salir a la  venta, Boca y River volverán a encontrarse en un duelo siempre especial, con la intensidad de una rivalidad tan añeja como sus propias historias, pero también con necesidades y ansias de triunfo en un momento decisivo para los adversarios eternos.