Los trabajadores de las maternidades Mariana de Jesús y del Guasmo piden que no se cambie a sus directores.

Un candado y una pancarta sellan la puerta de ingreso al área de consulta externa de la maternidad Mariana de Jesús, en el suburbio oeste de la ciudad.

En esta, el sindicato general y la Asociación de Trabajadores y Profesionales del centro médico explican la suspensión del servicio, que desde ayer deja sin atención a 250 personas: “El incremento de los $ 30 al contrato colectivo.
Exigimos al Gobierno presupuesto de maternidad gratuita. ¡Viva la Huelga!”.

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La necesidad de que se transfieran mayores recursos para adquirir insumos es uno de los motivos que, según Víctor Chía, secretario general del sindicato, los llevan a paralizar la consulta externa.

Pero el problema de fondo, señala es la falta de continuidad en los planes de salud debido al continuo cambio de directores y jefes de áreas.

El anuncio de que el director de la maternidad del Suburbio, Tito Mendoza, será removido, encendió los ánimos entre los trabajadores. “Estamos cansados de los cambios de directores. Aquí se han iniciado procesos de modernización y no queremos que los dejen inconclusos por otro cambio”.

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Él asegura que en su lugar se nombrará a Manuel Arvelaes, quien era jefe en El Empalme “y allá ha sido cuestionado”.

De ahí el pedido de que el director de Salud, Javier Carrillo, ratifique en el cargo a Mendoza, ginecólogo de planta de la maternidad. Solo en ese momento, advierte Chía, terminará la paralización.

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Y mientras ello ocurre, los pacientes permanecen en las afueras, contemplando los carteles, sin más opción que regresar a casa. En el lugar solo se atiende las emergencias.

A Luisa Díaz y su hija Martha Coloma, de 22 años, les tocó tomar un bus de regreso a su domicilio, en Sedalana y la 50. La joven debe realizarse de urgencia una colposcopia (eco para detectar lesiones a nivel del cuello del útero), debido a los dolores que presenta desde hace meses en el vientre.

El viernes le dieron cita para las 12h30 del lunes, pero cuando llegó se encontró con las puertas cerradas. “Nuestra situación es crítica porque aquí nos cuesta 20 dólares, cuánto costará en un particular y no tengo dinero”, dice Coloma.

No fue la única. María Vera, de 26 años y con siete meses de embarazo, no pudo someterse al control prenatal ni conocer el sexo de su hijo. “Hoy me iban a hacer la eco, pero parece que no se va a poder”.

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La situación es similar en la maternidad Matilde Hidalgo de Procel, en el Guasmo Sur. Allí, en horas de la mañana, los miembros del sindicato suspendieron momentáneamente la atención para exigir que no se cambie –por tercera vez en este año– de director.

En el cargo se desempeña el médico Homero Cevallos desde el 18 de abril pasado.

Édison Carreño, secretario del sindicato, asegura que el viernes el actual funcionario recibió una comunicación de personal en que se le informa que debe dejar el cargo porque en su lugar irá otro médico.

“Aquí ya hay soluciones listas a los problemas de seguridad porque se va a construir un PAI y se va a hacer un nuevo cerramiento. Si viene otra persona eso no se dará”, indica Ángel Lozano, uno de los trabajadores de la maternidad.

Su afirmación se basa en la experiencia: hace un año han tratado de implementar un plan contra la delincuencia, pero aún no se concreta porque en el 2004 tuvieron siete directores. Ahora, dice Lozano, quieren que se les garantice que el nuevo funcionario va a ejecutarlo.

Carreño asegura que hoy se suspende la atención en consulta externa hasta que se respete el anuncio del Director de Salud, de dar tres meses a los directores de hospitales para evaluar su gestión.

En la maternidad del Suburbio los letreros se mantendrán, insiste Chía, hasta que se posesione a Tito Mendoza.

Leonidas Cevallos, quien fue removido como jefe del área 3 (Pancho Segura y Quito) dice que los cambios se dan porque la salud entregó al movimiento Mandiles Blancos, que apoyó al presidente Alfredo Palacio.