En las telefónicas estatales la situación no es distinta. Las presiones de los propios trabajadores para que se apliquen reducciones de personal son constantes.

En el caso de Andinatel, el presidente del Comité de Empresa, Geovany Cabrera, empuja la separación de, al menos, 350 personas, hecho que podría consolidarse en esta semana. Aunque Ricardo Terán, quien renunció a su cargo como presidente ejecutivo de Andinatel, el miércoles pasado, indicó al día siguiente de su salida que se le impidió acceder a la nómina de personal de la empresa, bajo el argumento de que es confidencial.

En Pacifictel, mientras tanto, la reducción de personal empezó la semana pasada con notificaciones a empleados de distintas áreas. Según anunció días atrás Fernando Mórtola, presidente ejecutivo de la telefónica, el personal que salga no será reemplazado porque ocupaba cargos que no son necesarios.

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La operadora cuenta con unos 3.000 empleados amparados en el contrato colectivo, pero los despidos se aplican a quienes ingresaron durante el régimen anterior. La idea es que salgan unos 350 funcionarios; aunque Mórtola sostiene que Pacifictel requiere de solo 1.800 empleados para operar eficientemente.

En la telefónica se espera que esta semana se designe al nuevo presidente del directorio que reemplace a Sergio Flores.