La Iglesia procedió ayer a las  dos primeras beatificaciones del pontificado de Benedicto XVI, en ausencia del  Papa, que encargó al cardenal José Saraiva Martins que celebrara la ceremonia  en su nombre en la basílica de San Pedro.

El Papa, que se reserva para hacer canonizaciones, esto es, proclamar  santos, decidió así adoptar un nuevo estilo. Su predecesor Juan Pablo II  presidió en persona todas las ceremonias de beatificación y de canonización  durante sus 26 años de pontificado.

Las dos nuevas bienaventuradas son dos religiosas, una estadounidense,  María Ana Bárbara Cope, conocida como madre Marianne de Molokai (1838-1918), y  una española, Ascensión del Corazón de Jesús, cofundadora de las Hermanas  misionarias dominicanas del Rosario (1868-1940).

Publicidad

Estas beatificaciones coinciden con el anuncio del papa Benedicto XVI de acelerar el proceso de canonización de su predecesor, Juan Pablo II.

El pasado viernes, Benedicto dijo que anunciaba la   jubilosa noticia de que había dejado sin efecto el periodo obligatorio de cinco años de espera para comenzar el proceso de beatificación de su predecesor en el trono de San Pedro, el último proceso formal antes de una posible canonización.

Juan Pablo II, fallecido el pasado 2 de abril y a quien los fieles lo llaman El Grande, genera una devoción inusitada. Unas 23.000 personas visitan a diario su tumba, ubicada en las Grutas Vaticanas (cripta), informó el diario vaticano L’Osservatore Romano.