La instauración en EE.UU. del permiso  nacional para conducir, votada por el Congreso para “luchar contra la inmigración clandestina y reforzar la seguridad del país”, despertó el temor de que afecte las libertades civiles.

La nueva medida firmada por el presidente George W. Bush “reduce la libertad de cada estadounidense”, denunció Timothy Sparapani, de la Unión Estadounidense por las  Libertades Civiles, la principal asociación de defensa de las libertades individuales del país.

Sparapani teme que estos  nuevos permisos de conducir “nacionales” lleven a la creación de una cédula nacional de identidad que permitiría seguir paso a paso los desplazamientos y costumbres de los ciudadanos.

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La licencia de conducir reemplaza a la cédula de identidad, pero la falta de controles rigurosos hace que sea fácil declarar una identidad falsa. Incluso los inmigrantes ilegales llegan a tener licencia de conducir,  suficiente para poder viajar en vuelos dentro del país.

La ley “Identificación verdadera” exige presentar varios documentos que prueben la identidad, incluido el certificado  de nacimiento, para obtener la licencia.

La ley incluye la autorización de fondos para la eventual construcción de un muro en la frontera con México, lo que ha provocado el rechazo de ese país manifestado en una nota enérgica a EE.UU. del canciller Luis Derbez.