El IV Festival Internacional de Cine de Cuenca se inauguró la noche del pasado jueves en el auditorio del Banco Central con problemas técnicos al momento de presentar los videos de promoción y auspicios. 

De las cinco cintas previstas en la programación del primer día solo se proyectó el filme El Sur, del director español Víctor Erice. La inauguración se inició con media hora de retraso. Sus presentadores fueron Alejandra Palacios y Leopoldo Morales, quienes, tras mostrar  en DVD imágenes de los doce patrocinadores y cinco auspiciantes de la edición, indicaron que era bueno ver el apoyo de las empresas e instituciones.

Enseguida, Morales invitó a la directora del Departamento de Cultura del Municipio de Cuenca, Jackeline Verdugo, a inaugurar el acto. Ella expresó que la muestra es un espacio alternativo de expresión y constituye una opción  para acceder a formas diferentes de hacer y leer cine. Verdugo también dirige el certamen. 

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En su intervención, Jaime Astudillo, rector de la Universidad de Cuenca, rememoró el empeño de hombres y mujeres por darle vida a la producción cinematográfica en la ciudad, mediante el Taller de Cine que desde 1980 se dicta en la institución que dirige. Patricio Montaleza, coordinador de la programación del Festival, se referió a las fallas técnicas del evento inaugural, las cuales, aseguró, no ocurrirán en los siguientes días, pues el certamen se prolongará hasta el próximo 19 de mayo. 

El coordinador mencionó que el próximo jueves se prevé la proyección de dos películas en el Teatro Sucre, sin embargo, esta presentación no constó en el folleto entregado en la noche inaugural ni en la cartelera del local. Montaleza aseguró también que las cintas participantes en las categorías Competencia oficial, Cisión Ecuador, Zona e4 oculto, Cine joven y Muestras de Cine Israelí ya están en la ciudad y que no existirán cambios de última hora.

El jurado del evento cuencano lo integran Guillermina Rosales, quien participó en una muestra cinematográfica en Mar del Plata, Argentina, y Lucy Berkhoff, que dirigió el Festival Internacional de Cine de Valdivia en Chile. Ambas estuvieron en la inauguración. La primera admitió llevar una gran responsabilidad a cuestas y que, por el bien del cine ecuatoriano, estimó necesaria la implementación de cambios en las políticas del Estado, a fin de financiar iniciativas culturales.

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Berkhoff anotó no hacerse ilusiones por un rápido crecimiento del festival cuencano, pero subrayó que la ciudad merece tener un evento internacional poderoso, bueno y grande. Todos los festivales tienen el mismo problema: la organización es costosa, dijo.