Vivo en la ciudadela La Atarazana y desde el 10 de diciembre del 2004 se ubicaron arbitrariamente en la acera de mi domicilio, unos vendedores de gas, que con los tanques han deteriorado la vereda, y según la ley municipal, los dueños de casa somos responsables del área adyacente a las mismas.

Acudí al Municipio en diciembre y en la Jefatura de Delegados denuncié la ocupación de la vía pública, pero la misma no fue tomada en cuenta. Hasta hoy los vendedores de gas siguen destruyendo la acera, por tal razón si el Municipio me cita para obligarme a repararla, yo botaré a la basura la boleta.

Juan Anstrong Andrade Ochoa
Guayaquil