Mitos, verdades y remedios de este síndrome que afecta a uno de cada diez bebés con llanto excesivo... y angustia a los padres.

El nacimiento del bebé suele ser un período maravilloso y emocionante para la familia, pero también estresante, ya que su presencia es sinónimo de cambios.
Además, como la única forma de comunicarse que tiene el recién nacido es el llanto, a veces pueden vivirse situaciones de preocupación y cansancio entre los padres.

Una de estas situaciones -el llanto desconsolado y prolongado del bebé- lleva a los padres a realizar una consulta médica de urgencia con el pediatra, quien puede diagnosticar el ‘cólico infantil’.

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Por mucho tiempo se creyó que era un trastorno gastrointestinal, debido a sus síntomas (abdomen distendido, levantar las piernas sobre el abdomen y eliminación de gases). Sin embargo, todavía no existe consenso acerca de las causas del síndrome de cólico infantil. En la actualidad se considera que es el resultado de la interacción de factores fisiológicos y cuestiones de conducta.

Entre los factores gastrointestinales que pueden causar irritabilidad figuran la incapacidad de absorción de la lactosa, el síndrome de intestino irritable y el reflujo gastroesofágico. En cuanto a los factores conductuales, estos pueden estar relacionados con problemas del niño (incapacidad del bebé para consolarse a sí mismo al enfrentar los estímulos del nuevo mundo) y de la madre (preocupación excesiva).

El principal síntoma del cólico infantil es el llanto desconsolado por más de tres horas, que se repite durante más de tres días a lo largo de la semana. En segundo lugar, algunos bebés pueden cerrar los puños durante estos episodios, estar irritables y presentar distensión abdominal. Además, como este síndrome se da en bebés de hasta seis meses -período en el que suelen llorar demasiado- muchas veces puede estar mal diagnosticado.

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Los cólicos de los lactantes son comunes y afectan aproximadamente a uno de cada diez bebés, sobre todo a los primogénitos. Puede comenzar entre los diez días y las tres semanas de nacimiento y en general dura hasta los tres o cuatro meses de edad, cuando tiende a desaparecer.

Como el cólico es un síndrome de causas múltiples, no hay evidencia de que alguna intervención terapéutica sea verdaderamente efectiva. Incluso los tratamientos con algunos medicamentos han demostrado ser relativamente nocivos.

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Sin embargo, entre las posibles medidas para aliviar el llanto y el dolor del bebé figuran: acostarlo boca abajo encima de las rodillas y masajear su espalda; acunarlo, caminando a paso lento; cambiar la hora del baño a la noche; ayudarlo a eructar para que salga el aire del estómago; y ofrecerle el chupete, para que relaje el estómago.

A pesar del dolor abdominal evidente, los niños con cólicos comen bien y aumentan de peso normalmente. Además, el síndrome se describe como benigno y de resolución espontánea y es considerado común a un desarrollo normal desde el punto de vista fisiológico, emocional y de conducta. Por ello, y dado que se comprobó que no deja secuelas, su pronóstico es excelente.