Las inquietudes por empleos perdidos y el temor de que Estados Unidos se quede atrás en los cambios a escala mundial, han hecho que el Congreso estadounidense se aleje de la aprobación de nuevos acuerdos de libre comercio.

El Seguro Social no es la única iniciativa económica del Gobierno de Estados Unidos con problemas en el Congreso. El Acuerdo Centroamericano de Libre Comercio (ACLC) enfrenta una oposición inusual de los demócratas, así como de los productores de azúcar y buena parte de la industria textil.

Las inquietudes por empleos perdidos y el temor de que Estados Unidos se quede atrás en los cambios a escala mundial, han hecho que el Congreso estadounidense se aleje de la aprobación de nuevos acuerdos de libre comercio.

“No me gusta el ACLC, no voy a votar a favor y haré lo que esté en mis manos para ponerle fin”, dijo el senador demócrata de Nevada, Harry Reid, líder de la minoría. “Nos estamos acercando a un déficit comercial de un billón de dólares. No podemos sobrevivir como un país fuerte y viable haciendo eso”.

Un aspecto incluso más preocupante para el presente Gobierno, que asegura que los acuerdos de libre comercio son componentes cruciales de cualquier esfuerzo enfocado a mejorar la competitividad mundial de Estados Unidos, es la postura de republicanos como el senador de Georgia, Saxby Chambliss, quien se resiste a nuevos acuerdos bilaterales de comercio.

En un discurso ante el pleno del Senado, Chambliss dijo que aun cuando su estado alberga a empresas mundiales como la Coca Cola, United Parcel Service y Georgia Pacific, él ya no podría apoyar acuerdos bilaterales de comercio si no le garantizan que “industrias y trabajadores estadounidenses realmente se benefician de estos acuerdos”.

El Gobierno de Estados Unidos acusa a los demócratas y otros oponentes de cifrar demasiadas expectativas en el acuerdo de comercio con Centroamérica, que según la Casa Blanca mejoraría las oportunidades para la democracia y la economía de libre mercado en América Latina.

El Gobierno estadounidense admite que incluso este año en que no hay elecciones, cuando los tratados de comercio tienen la mejor oportunidad de ser aprobados, no existen los votos para aprobar el presente acuerdo.

La batalla subió de nivel la semana pasada. El presidente Bush anunció que sería el anfitrión esta semana de una reunión de alto perfil en la Casa Blanca. Desde su primer mandato, el gobierno de George W. Bush ha promovido acuerdos de libre comercio en el Hemisferio Occidental como importantes componentes de su política exterior.

“Durante muchos decenios”, dijo la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, en un discurso ante el Consejo de las Américas, “la política de Estados Unidos hacia América Central y la República Dominicana ha oscilado del compromiso a la desconsideración. Con el ACLC y el compromiso permanente que acarrea el libre comercio, podemos romper esa tendencia de una vez por todas y demostrar que Estados Unidos está comprometido con el éxito de los países latinoamericanos que acojan el desafío de la democracia”.

Del otro lado, demócratas centristas que normalmente votan a favor de los acuerdos de libre comercio dijeron que se oponen al ACLC. Comentaron que el Gobierno actual aún tiene que definir una clara estrategia para reducir el déficit de comercio, que asciende a 617 mil millones de dólares, y desafiaron a la Casa Blanca a cerrar acuerdos de comercio que reflejen lo que ellos ven como los acuciantes retos de la mundialización en el siglo XXI.

La diputada demócrata de California, Hilda Solís, quien se describe a sí misma como la única integrante del Congreso estadounidense que tiene ascendencia centroamericana, dijo que se opone al ACLC debido a los resultados del Tratado Norteamericano de Libre Comercio (TNLC, con México y Canadá), que ha provocado la pérdida de 750.000 empleos en Estados Unidos y muy pocos avances en lo tocante a mejorar los derechos de los trabajadores en México.

En cambio, Carlos M. Gutiérrez, secretario norteamericano de Comercio, dijo que el TNLC es un fuerte argumento a favor del ACLC. “He estado asociado con México a lo largo de casi cuatro decenios y el país está mejor que nunca”, aseguró Gutiérrez, que empezó su carrera en ese país luego de haber huido de Cuba en su infancia. “Actualmente tiene su menor tasa de inflación, y el crecimiento económico del año pasado fue del 4,5%”.

© The New York Times News Service.