Los atentados, los robos, los secuestros, las extorsiones, los peligros en general, son amenazas frecuentes y no existe una forma total de eliminarlos; siempre existirán los riesgos producto de la vulnerabilidad del ser humano y sus actividades. Todos los días conocemos de alguien que ha sido víctima de un delito; quisiéramos que esto nunca nos suceda y hasta evitamos pensar en ello, esto puede ser un error porque siempre existirá el peligro. La idea no es vivir atemorizado pensando en que algo nos puede suceder, tampoco vivir en medio de excesiva confianza, lo ideal es estar consciente de que estamos expuestos a riesgos. En la mayoría de los casos no podemos saber cuándo vamos a ser víctima de un ataque, pero si estamos preparados y hacemos lo correcto podemos salir bien librados. El delincuente .... dónde está?  ¿Quién es? ¿Dónde se oculta? ¿Cuándo atacará? No podemos saberlo a ciencia cierta, por esta razón ponemos a consideración algunas sencillas reglas para evitar ser una víctima más del delincuente, aumentar nuestra seguridad y hacer más difícil la tarea de los delincuentes.

Algunos consejos
El pensar.. “ nunca me va a ocurrir a mí”.

Ostentar riquezas... joyas, prendas de valor.

El hablar demasiado sobre la rutina de la vida diaria.

Extrema confianza con desconocidos. Andar descuidado.

Nunca andar desprevenido.

Estar consciente de los riesgos. Sea discreto en sus cosas.

No comente con extraños sobre negocios particulares o de la familia.

Cambie de horarios y actividades. Dude de personas o situaciones extrañas.

Observe normas de prevención.

Estar siempre preparado y alerta.

Fuente: Enrique Villamar, Tnte. de policía
GIR-IV-DPN.