La alta incidencia de anemia por déficit de hierro (ferropénica) en niños es similar en los países del tercer mundo. En Venezuela, según la hematóloga Chelita Hernández, afecta al 48% de menores entre seis meses y dos años; en Ecuador, llega al 70% de niños entre seis y doce meses, al 45% de menores entre 12 y 24 meses y al 60% de las mujeres embarazadas.

Hernández indica que una de las causas que produce la deficiencia de hierro es la parasitosis en la edad escolar. “Hay algunos parásitos que laceran la mucosa gástrica y condicionan pérdida de sangre continua”.

Por eso considera clave prevenirla desde el embarazo porque el hierro es un mineral necesario para la formación de la hemoglobina y del sistema nervioso central del niño. “Al segundo mes de embarazo comienza la formación del sistema nervioso central y realmente el hierro interviene en muchas funciones, como los impulsos nerviosos. Si no tenemos hierro a ese nivel, los impulsos se van a hacer cada vez más lentos y las consecuencias son retardo en la memoria, retardo sicomotriz, falta de atención escolar, niños irritables”.

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En su país, el problema se combate con campañas de desparasitación y fortificación de los alimentos más consumidos por la comunidad, como la harina de pan con que se hacen arepas y cereales.

Las madres pueden detectar la anemia ferropénica en sus hijos por los signos de alarma que se presentan: duerme mucho, es irritable, no entiende las clases.