Al menos diecinueve personas murieron, entre ellas un general del Ejército y un coronel de la Policía, y más de sesenta resultaron heridas en una serie de ataques perpetrados este jueves en Iraq, tres de ellos con coches bomba.
 
Según fuentes del Ministerio de Interior, el atentado más sangriento ocurrió en un mercado del barrio de Nueva Bagdad, en el sureste de la capital, y causó la muerte de al menos trece iraquíes, entre ellos mujeres y niños, y 57 más resultaron heridos.
 
Este ataque fue cometido por un suicida que hizo explotar un coche frente a un restaurante en el que se encontraban varios policías, lo que causó la destrucción del local, así como de más de una docena de vehículos privados, dijeron testigos y fuentes policiales.
 
La mayor parte de las víctimas y los heridos son pasajeros de un microbús que pasaba por la zona cuando se produjo el atentado, añadieron los testigos, mientras que fuentes hospitalarias advirtieron que el número de víctimas mortales puede aumentar en las próximas horas debido al grave estado de al menos cinco de los heridos.
 
La explosión en Nueva Bagdad tuvo lugar después de que supuestos insurgentes asesinaran al coronel de policía, Fadel Mohamad Mubarak, cuando viajaba en coche esta mañana por el barrio Al Amin, en el sureste de la capital.
 
El atentado contra Mubarak se produjo hacia las 09h00 hora local (05h00 GMT), una hora después de que un grupo de hombres armados dispararan y mataran a Iyad Imad Mahdi, un general del Ministerio de Defensa, en el barrio Al Yihad (oeste).
 
Según las fuentes policiales, Mahdi murió de forma instantánea en el atentado, después de que dos vehículos interceptaran el convoy en el que se dirigía a la sede del citado ministerio.
 
Por otro lado, dos soldados iraquíes perdieron la vida por la explosión de una bomba al paso del vehículo militar en el que viajaban en la ciudad de Samarra, a unos 100 kilómetros al norte de la capital.
 
En el norte del país, un civil murió y otras cuatro personas fueron heridas en dos ataques separados con coches bomba, que tuvieron como blanco una comisaría y un puesto de control de la policía en la rica ciudad petrolera de Kirkuk, a 220 kilómetros al norte de Bagdad.
 
La nueva oleada de violencia coincide con unas declaraciones del nuevo ministro de Interior, Bayan Yabr, en las que aseguró que su departamento ha puesto en marcha un plan de seguridad para "detener la creciente campaña de terrorismo en el país".
 
Yabr, citado hoy por la radio iraquí, dijo que el nuevo plan fue elaborado en coordinación con el ministerio de Defensa y que las recientes acciones terroristas en Irak "tienen como objetivo obstaculizar su aplicación".
 
Un comunicado oficial iraquí informó, entretanto, de que seis presuntos insurgentes fueron detenidos en una redada realizada esta mañana por las fuerzas de seguridad en el barrio Al Ghazaliya, en el noroeste de Bagdad, donde fueron confiscadas armas y munición.
 
Por otro lado, el mando militar de EE.UU. anunció este jueves que dos marines norteamericanos murieron y 14 más fueron heridos ayer, miércoles, por la explosión de una mina al paso del convoy militar en el que viajaban por el noroeste de Irak.
 
Según un comunicado militar, los marines tomaban parte en la ofensiva "Matador" que decenas de soldados estadounidenses, secundados por militares iraquíes, llevan a cabo desde el pasado sábado contra feudos de la insurgencia en la provincia de Al Anbar, fronteriza con Siria.