El proceso extraordinario de regularización de inmigrantes, ha servido para dar “dignidad” a los extranjeros que no tenían papeles, afirmó ayer el ministro de Trabajo español, Jesús Caldera.

El proceso se cerró el sábado pasado con 690.679 solicitudes principalmente de latinoamericanos.

“Más que dar papeles, lo que hemos hecho es dar dignidad, dar contrato de trabajo y alta en seguridad social”, dijo Caldera, en un primer balance del proceso extraordinario de tres meses.

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El ministro se felicitó por este proceso “único en la historia de los países industrializados. No creo que ningún país de la Organización para  la Cooperación y el Desarrollo Económico pueda demostrar que se puedan aflorar casi 700.000 empleos”.