Quince presuntos etarras serán juzgados a partir de mañana por el Tribunal Correccional de París, dos de ellos en rebeldía, en relación con una red de seis apartamentos destinados a la formación de activistas de ETA en la reserva en Francia.
 
Juzgados por asociación de malhechores con fines terroristas -delito penado con un máximo de 10 años de cárcel en Francia-, y otros cargos, los quince, entre los que hay dirigentes del aparato de reserva de ETA y simples activistas, según la acusación, fueron capturados gracias a una información de la policía española.
 
Ese dato sobre un apartamento en la localidad de Bouscat (afueras de Burdeos, suroeste) fue suministrado a principios de septiembre de 2001 por las fuerzas antiterroristas españolas.
 
La Dirección Nacional Antiterrorista (DNAT) y la Policía Judicial de Burdeos montaron una amplía, compleja y discreta operación que llevó a la detención el 31 de enero de 2002 del supuesto responsable de esa vivienda de acogida y formación de etarras, Angel Cruz Arrozpide (47 años), y de sus cinco huéspedes de entonces.
 
Se trataba de Ainhoa Barbarin Yurrebaso (33 años), Xabier Zabalo Beita (31), Jesús María Martín Hernando (41), Iosu Ordoñez Fernández (36) y Mikel Urquia Gogorza (39), que fueron detenidos en el piso sin oponer resistencia, al igual que Arrozpide, que había sido arrestado poco antes en la calle cuando circulaba en bicicleta.
 
Además de siete pistolas automáticas, una semiautomática y un fusil de asalto, así como munición abundante y materiales para elaborar paquetes-bomba de todo tipo (cintas de vídeo, un libro, una cajetilla de cigarrillo, un paquete de queso, un bote de pastillas) y con diversos sistemas de activación, en el apartamento de Bouscat se incautó amplísima documentación de ETA.
 
Se trataba fundamentalmente de lo que puede ser denominado como "compendio" de la formación de activistas de la banda terrorista, no sólo desde el punto de vista del manejo de armas y de explosivos, sino también de enseñanza técnica de robo y camuflaje de vehículos o de maquillaje y argucias para cambiar de imagen.
 
Sin olvidar tampoco el indispensable adoctrinamiento político-militar y las "motivaciones para integrar un comando" de ETA, el aprendizaje de las necesarias medidas de seguridad ligadas a la vida clandestina en Francia o cursos básicos de lengua francesa.
 
Había también material informático para falsificar documentos e información de atentados de ETA, entre otras muchas cosas.
 
Además del desmantelamiento de ese apartamento en la residencia "Godart" de Bouscat, el seguimiento durante cuatro meses de Cruz Arrospide, así como las escuchas de sus conversaciones telefónicas en un teléfono móvil y el análisis del origen de las llamadas recibidas permitió llegar a otros dos pisos en Burdeos, en las residencias "Sept Etoiles" y "Murat".
 
Aunque vacíos en el momento de su registro, esos dos apartamentos habían sido utilizados para el mismo fin, en virtud de los elementos en ellos incautados, muy similares a los de la residencia "Godart".
 
La investigación determinó que las casas de "Sept Etoiles" y "Murat" habían sido alquiladas y usadas por miembros relevantes del aparato de la reserva de ETA. Así, la primera tuvo como inquilinos a José Luis Campo Barandiaran, "Fabrizzio" (47 años), y Juan Cruz Maiza Artola (54) y la segunda estuvo gestionada por Mikel Miren Otegi Unanue, "Igor" (31), y Alona Munoa Ordozgoiti, "Emma" (28).
 
Todos ellos, salvo Maiza Artola, fueron detenidos en otras operaciones policiales en Francia y tienen pendientes sus respectivos juicios en los sumarios abiertos tras sus arrestos.
 
Aunque se acantonó en el habitual mutismo de los miembros de ETA, Cruz Arrospide, "Claude" y "Kiskur", reconoció, en un primer momento, llevar 15 años en la clandestinidad, ser el gerente del piso de "Godart" y estar a las ordenes de "Dinosaurio" y "Alicate", que fueron identificados como "Fabrizzio" e "Igor", respectivamente.
 
Al contrario que Arrospide, la investigación, que se basó fundamentalmente en las escuchas de móviles y en el análisis del origen de las llamadas, determinó que Barandiaran y Otegi, así como su compañera Munoa, tenían responsabilidad en las redes de pisos de la reserva de ETA en Lyon (sureste), donde se desmantelaron dos, y en Toulouse (suroeste), donde se descubrió un sexto.
 
A estos tres apartamentos aparecen ligados los nombres de los otros cinco supuestos etarras que se sentarán a partir de mañana en el banquillo en París: Ignacio López de Vergara (42 años), Benito Fermin Martínez Vergara (48), Juan Carlos Estevez Paz (35) y Luis Armando Zabalo Bilbao (52), así como Francisco Javier López Peña (46), quien será juzgado en rebeldía.
 
En un apartamento de Lyon se encontró un listado de vehículos de particulares y policías franceses y en el de Toulouse se hallaron documentos sobre la línea política de Aralar y otros de Batasuna.