El ejército estadounidense afirmó ayer haber dado muerte a 75 rebeldes en las últimas 24 horas en una operación en el oeste  de Iraq, en la frontera con Siria, mientras que un empleado japonés de una  firma de seguridad extranjera fue secuestrado.

El gobierno nipón confirmó el secuestro por el grupo terrorista Ansar al Sunna, indicando que el rehén es un empleado de una compañía de seguridad extranjera.

Además, dos soldados estadounidenses murieron el domingo en combates al oeste de  Iraq cerca de la frontera siria, anunció ayer el ejército de Estados Unidos.

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“Un marine (...) murió el 8 de mayo en combate por disparos de armas  ligeras en Al-Qaim”, una localidad sunita a pocos kilómetros de Siria en la  provincia rebelde de Al Anbar y otro soldado murió en Obaidi, una localidad cercana  a Al Qaim, en las mismas circunstancias.

Estas muertes elevan a diez el número de soldados estadounidenses muertos el  pasado fin de semana.

Desde la invasión de los Estados Unidos a Iraq en marzo del 2003, 1.599 soldados de sus filas han muerto en el país, según un  balance del Pentágono.

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Operación
Horas antes, el ejército estadounidense anunció haber matado a 75  rebeldes en una operación la provincia de Al Anbar, que  se sospecha que es un feudo del extremista jordano Abu Musab al Zarqaui, jefe de Al  Qaeda en Iraq.
Pero este desmintió la noticia.

Además, siete iraquíes murieron, cuatro de ellos en un atentado suicida contra la policía en Bagdad, mientras el gabinete completo del primer ministro Ibrahim al Jaafari prestaba juramento.