No todos los ecuatorianos que acudieron hasta la noche del sábado a las oficinas de la Seguridad Social española, para el proceso de regularización de sus documentos, eran inmigrantes en busca de su legalización.

Entre ellos se encontraba un matrimonio de compatriotas: Blanca, de 43 años y Rodrigo Jacho, de 46, oriundos del cantón La Maná, provincia de Cotopaxi, ambos empresarios que en horas de la tarde del sábado (a las 17h00 locales) se acercaron para presentar ocho solicitudes para la regularización de sus empleados, de las cuales seis corresponden a ecuatorianos y otras dos a marroquíes.

La pareja ecuatoriana dice estar emocionada al poder ofrecer trabajo a compatriotas y a gente  de otros países que quiere trabajar. Los dos recuerdan con nostalgia la situación similar que tuvieron que vivir ellos hace algunos años.
Por eso prometen dar la mano a quienes necesitan, ya que “vivir fuera de casa es la prueba más dura que tiene el ser humano”.

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Meta cumplida
El sábado fue crucial para muchos de los ecuatorianos que vieron sus sueños rotos o también cumplidas sus metas.

Entre quienes alcanzaron las metas se halla Blanca, quiteña de 56 años, quien no quiso dar su apellido y que recuerda que llegó a Madrid en el 2002 para apoyar el embarazo de su hija Ruth, de 24 años.

Actualmente Blanca trabaja en tareas de limpieza y dice que este Día de la Madre será el más feliz de su vida, puesto que está junto a su hija y su nieto Alejandro, de 2 años, quienes permanecerán en España, pues “Gracias a Dios, sus papeles fueron aceptados”.

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Ahora se siente segura en España y cree que podrá ser mejor ayuda para la familia. Aunque sueña en pasar sus vacaciones en el “Ecuador de sus amores”. Grita contenta, “alcancé por fin mi meta”.

No a la ampliación
“Ha sido un éxito rotundo por la cifra y por el dispositivo, pero también  por el consenso y por el diálogo” que permitió lanzar el plan de  “normalización” de trabajadores sin papeles, se congratuló el sábado la secretaria de Estado para Inmigración, Consuelo Rumí, que destacó la normalidad del proceso.

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“Creo que ha habido tiempo suficiente”, dijo Rumí, interrogada sobre los nuevos pedidos de partidos políticos de izquierda,  inmigrantes o la Iglesia Católica, de ampliar el plazo de este proceso, mediante el cual los beneficiados obtendrán un permiso de residencia y trabajo por un año  renovable.