Cinco grandes constructores que participan en Fórmula  1, BMW, DaimlerChrysler (Mercedes), Honda, Renault y Toyota, oficializaron el domingo una asociación para intentar una mayor influencia ante la Federación  Internacional del Automóvil, informaron este lunes en un comunicado.
 
Esta última salió inmediatamente al paso rechazando cualquier intento de  influencia.
 
A nivel técnico, aspiran a presentar a la FIA reglamentos elaborados por  ellos mismos.
 
En el plano deportivo, cuentan con poder recurrir a otras instancias,  aparte de la FIA, en caso de litigio. Mencionan una jurisdicción deportiva  internacional independiente, "como en todos los otros grandes deportes".
 
De esta manera, hacen referencia a la sanción a BAR-Honda, impuesta el  jueves pasado por la autoridad jurídica máxima de la Fórmula 1: el Tribunal  internacional de apelación de la FIA.
 
BAR-Honda, a la que la FIA acusó de fraude en el Gran Premio de San Marino, el pasado 24 de abril, quedó descalificada de esa carrera y sin poder  participar en las dos siguientes, en Barcelona el domingo pasado y en Mónaco,  el próximo 22 de mayo.
 
Los cinco constructores, así como la mayoría de las escuderías, con la  excepción en particular de Ferrari, han comenzado una pulseada con la FIA con  el objetivo de elaborar ellos mismos los futuros reglamentos de la Fórmula 1, y  también con el gran "patrón" de la categoría reina del automovilismo, Bernie  Ecclestone, para obtener mayores benficios de los ingresos financieros de una  especialidad que genera centenares de millones de euros, sobre todo por  derechos de televisación.
 
Por su parte, la FIA respondió en un comunicado que "los constructores en  cuestión (BMW, DaimlerChrysler, Renault, Toyota y Honda) llegaron a la Fórmula  1 por motivos propios. No fueron invitados, sino que se invitaron solos. Cada  uno de ellos aceptó las reglas y estructuras de este deporte".