El príncipe Enrique de Inglaterra ingresó ayer finalmente en la prestigiosa academia de Sandhurst, siguiendo una tradición familiar de servicio militar. A diferencia de otros miembros de su familia, que sirvieron en la Fuerza Aérea y sobre todo en la Marina, Enrique, de 20 años, ha optado por el Ejército de tierra.
Enrique, que ha dado más de un disgusto a la Casa Real con sus gamberradas, incluida su aparición en una fiesta de disfraces con un uniforme nazi, tendrá que someterse a partir de ahora a la dura disciplina de Sandhurst como cualquier otro cadete. El nieto de Isabel II llegó a la Academia Militar acompañado por el príncipe de Gales, que saludó y departió con los jefes militares que salieron a recibirle.

El joven príncipe, uno de los 270 reclutas que comenzaron un duro curso de cuarenta y cuatro semanas, se integrará en un pelotón de treinta cadetes de la compañía Alamein.