Indígenas del departamento del Cauca, escenario hace tres semanas de ataques y combates de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), exigieron a la policía que deje de construir trincheras  cerca de sus casas, por considerar que los convierte en blanco de la guerrilla.

“Exigimos el retiro de las trincheras de los cascos urbanos de las  poblaciones”, dijo Nelson Lemus, portavoz del grupo pacifista La Guardia Indígena.

Lemus señaló que la instalación de cuarteles  militares y policiales en los centros urbanos violan las normas del Derecho  Internacional Humanitario (DIH) y la legislación colombiana.

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La policía incrementó la construcción de trincheras en Toribío tras el ataque de las FARC del 14 de abril, que dejó un niño y tres agentes muertos, 15 uniformados y 25 civiles heridos y 52 casas destruidas o averiadas. La institución advirtió además que seguirá instalando las retaguardias, porque “el objetivo es proteger a la población civil”.

El presidente Álvaro Uribe también descartó el retiro de la fuerza  pública de algún rincón del país.

Mientras tanto, el delegado en Colombia del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michael Frühling, recordó que el DIH dispone no abrir trincheras en áreas civiles. “Es inaceptable. Nuestra oficina cada vez más repite este aspecto. No pueden seguir estas infracciones”, dijo.