Al llegar a Moscú para conmemorar el lunes la victoria aliada de 1945, el presidente norteamericano George W. Bush temperó este domingo sus críticas contra Moscú y puso en primer plano sus buenas relaciones con su homólogo ruso, Vladimir Putin.
 
Tras haber denunciado el sábado la ocupación de los países bálticos por los soviéticos, tras la victoria sobre la Alemania nazi, Bush prefirió saludar el  domingo, a lado del presidente Putin, el "coraje" y el "sacrificio" de los  rusos en la lucha contra los nazis.
 
Ambos hombres sostuvieron un diálogo bilateral seguido de una cena, junto con sus esposas, en la residencia privada del presidente ruso, cerca de Moscú.
 
Más de medio centenar de jefes de Estado y de gobierno deben participar el lunes en las ceremonias conmemorativas en la capital rusa, pero Putin ha dado un trato de favor a su invitado norteamericano, al que recibió en privado y  hasta dejó conducir uno de sus automóviles de colección.
 
"La visita del presidente estadounidenses reviste una importancia especial", subrayó. Rusos y norteamericanos se enfrentaron durante 45 años  después de la Segunda Guerra Mundial en el marco de la guerra fría.
 
Bush recordó este pasado doloroso, el sábado, cuando, durante su visita a Riga, señaló que la victoria de 1945, para los países bálticos, había  significado el paso de la ocupación nazi a la de los soviéticos.
 
El presidente Bush se interrogó sobre el reparto de Europa decidida en  Yalta en febrero de 1945 por norteamericanos, soviéticos y británicos, y lo  calificó de "uno de los mayores errores de la historia", obligando el domingo a su jefe de diplomacia, Condoleezza Rice, a explicar sus palabras.
 
"Lo que quería decir es que nadie duda de que la intención del poder  norteamericano, en 1945, era acabar con la guerra y que hubiera elecciones libres en Europa del Este. El proyecto era que hubiera elecciones en Polonia y  luego en el resto de Europa del Este. No ocurrió así y, desgraciadamente, la  gente se quedo en una Europa dividida", dijo.
 
La secretaria de Estado norteamericana, hablando junto a su homólogo ruso, Serguei Lavrov, dijo que la relación entre Bush y Putin era "excelente" y "directa", afirmando que "pueden hablar de todo".
 
Antes que hablar de historia, Bush y Putin pasaron revista este domingo a los asuntos internacionales críticos, en particular Medio Oriente e Irán.
 
Según Condoleezza Rice, evocaron la próxima retirada israelí de Gaza y "la necesidad de apoyar plenamente (al presidente palestino) Mahmud Abbas y a la  Autoridad Palestina, que se preparan para esta retirada".
 
"Esperamos mucho de la reunión del Quarteto que debe realizarse mañana  (lunes) en Moscú", subrayó Lavrov. El Quarteto reune a Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y las Naciones Unidas, y ha redactado una "Hoja de ruta" que  debe llevar a la creación de un Estado palestino independiente.
 
El presidente Putin acaba de efectuar una gira por Medio Oriente y visitó Israel, lo que es una primicia para un presidente ruso.
 
Sobre Irán, Steve Hadley, el consejero para Seguridad Nacional del presidente norteamericano, subrayó que Estados Unidos apoyaba los esfuerzos diplomáticos de Alemania, Francia y Gran Bretaña para persuadir a Teherán de no desarrollar armamentos nucleares.
 
"Somos escépticos desde el comienzo sobre sus posibilidades de tener éxito, pero esto no quiere decir que no tengamos esperanza y que no los apoyemos",  indicó en una conferencia de prensa.
 

 

 

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