En su mundo de tinieblas Sofía Herrera, de 37 años, sueña que su hijo Carlitos, de 10, vuelva a ver. Este es el único regalo que quiere y dice que luchará para conseguirlo.

Los dos perdieron la visión a los 9 años de edad. A Sofía le ocurrió por una infección en los ojos, cuando  vivía en la población Bramadora, en la provincia de Manabí.

Su hijo quedó ciego de un ojo después de una caída. Por el golpe se le desprendió la retina y con el paso del tiempo afectó su otra vista.

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Ella tiene otros dos hijos: Priscila de 14 años y Elvis de 12, que procreó con Carlos Castillo, un no vidente que conoció cuando estudiaban en el  Centro de Formación y Capacitación para Ciegos de Quito.

Sofía dice que siempre le ha gustado estudiar, por ello después de algunos años de haber perdido la visión le pidió a sus padres cambiarse a Santo Domingo de los Colorados para continuar la instrucción secundaria.

Después de aprender Braille en Quito se graduó en ciencias sociales en el colegio Vicente Rocafuerte de esa ciudad.

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Ahora recuerda su tiempo de estudiante y dice “yo solo escuchaba y lo que creía más importante lo apuntaba valiéndome del sistema Braille”.

A los 21 años, después de casarse, se matriculó en la Universidad Central, en la facultad de Filosofía y Letras. Los gastos de sus estudios lo pagaban sus padres y su esposo que en aquella época trabajaba alquilando teléfonos en la entrada del Hospital Militar de Quito.

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Hace un año ella creó en Santo Domingo la Asociación de no videntes Luz y Sombra, para enseñar el sistema Braille a los niños ciegos. Las clases se dictan tres horas diarias en el local del Sindicato de Choferes de Santo Domingo, ubicado en la vía a Quevedo. Entre los 25 estudiantes que asisten está su hijo Carlitos.

“Mi sueño es que  nos ayuden para que mi hijo se opere, porque hay la posibilidad de que recupere el 50% de la visión, pero no tenemos los $ 251  para la extracción de la córnea y además necesitamos una persona que le done una nueva y los $ 356 para la operación”, indicó con pesar Sofía Herrera.

Ella quiere que su hijo ya no siga más en la oscuridad.