La Corte Suprema chilena confirmó el sacrificio de Luz, una gata de angora infectada con el virus de la rabia, pero nada más conocerse la información “el animal se fugó”, afirmó ayer su dueña, Amada Salinas.

En decisión unánime, la IV Sala del máximo Tribunal rechazó un recurso de Salinas y ratificó un fallo de la Corte de Apelaciones de Valparaíso de que la gata, a cuyo favor incluso se realizaron manifestaciones públicas, debe ser sacrificada porque así lo disponen  las normas sanitarias.

La gata se habría contagiado al jugar con un murciélago que después fue hallado muerto en el domicilio de su dueña, el pasado mes de enero.

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Sin embargo, en algún cerro de Valparaíso, a 120 km al oeste de Santiago, la gata está oculta de la policía y de las autoridades sanitarias, después de que, según su ama, se escapara de la jaula en que era llevada al veterinario.