Una generala de la reserva del ejército estadounidense se convirtió en el primer caso de un militar de alto rango castigado por el escándalo en la cárcel de Abu Ghraib, al rebajarla el presidente George W. Bush al rango de coronel.

La generala de brigada Janis Karpinski fue sancionada el jueves después de que la conducción del ejército estimara que su actuación fue “gravemente insuficiente” y considerara que encubrió un arresto por robo en el pasado.

Karpinski dijo el año pasado que estaba siendo usada como “una conveniente cabeza de turco” por el abuso de detenidos, que aseguró fue culpa de otros.

Publicidad

Mientras, el juicio contra la soldado Lynndie England, que se declaró culpable de abusos contra prisioneros iraquíes en Abu Ghraib, fue declarado nulo por el juez militar, coronel James Pohl.

Cuando se declaró culpable, England, de 22 años, manifestó al juez el pasado lunes que suponía que las fotografías tenían como objetivo entretener a los guardias de la prisión y se declaró culpable de siete cargos: dos de conspiración, cuatro de maltrato de detenidos y uno por acto indecente.

Pero el soldado Charles Graner, ya condenado a diez años de cárcel por los abusos, y pareja de England, afirmó que las fotos tenían como objetivo servir como material para el entrenamiento de guardias.

Publicidad

Al explicar su decisión, el magistrado indicó que era imposible armonizar las declaraciones de Graner y de England y afirmó que “tampoco puede haber una conspiración de una sola persona”.

Mirando directamente a England, el juez señaló que “aquí se han presentado pruebas de que usted no es culpable”.

Publicidad

“Si usted honestamente cree que estaba haciendo lo que Graner le dijo que hiciera, entonces no se puede declarar culpable", dijo el juez Pohl.

England se convirtió en la cara visible del escándalo de torturas en la prisión de  Abu Ghraib tras ser fotografiada llevando un preso iraquí de una correa.

Sin embargo, los analistas critican las aparentes  reticencias del Ejército estadounidense a juzgar oficiales de alto rango.

“Los soldados rasos están asumiendo la culpa por lo ocurrido en Abu Ghraib  mientras quienes redactaron las políticas se están salvando”, afirmó Reed Brody, abogado de la organización Human  Rights Watch (HRW).

Publicidad

“Fueron (el secretario de Defensa) Donald Rumsfeld y el (teniente) general  (Ricardo) Sanchez, no Lynndie England, quienes autorizaron la tortura a  detenidos”, dijo el abogado de HRW.