El nuevo secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA),  José Miguel Insulza, rechazó ayer las críticas de Cuba hacia su llamado a la democracia y los derechos humanos en toda la región.

El pasado miércoles, el presidente cubano, Fidel Castro, calificó a Insulza de “bobito” y lo trató de insolente e intervencionista por “ceder” a presiones estadounidenses.

Según Castro, la OEA es una institución “corrupta, putrefacta y maloliente”.

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“El muy bobito se ha creído que tiene derecho a meterse aquí (...) será para darle las gracias a la señorita (Condoleezza) Rice y al caballerito (Roger) Noriega, por facilitar su elección”, expresó el Presidente cubano.

Insulza, actual ministro del Interior chileno, no quiso profundizar la polémica y abogó por el diálogo para resolver cualquier desacuerdo en la región. “Mejor no responder”, agregó.

Quien sí intervino en la contienda fue el  presidente chileno Ricardo Lagos, quien dijo que “no es Insulza quien debe reintegrar a Cuba al organismo, sino que es responsabilidad de los 34 países miembros de la OEA”.