Los doce hombres y una mujer que se enclaustraron el miércoles en la estación antártica franco-italiana de Concordia sintieron por un momento la emoción que experimentan los participantes de un reality  show,  solo que pasarán un invierno encerrados, en completa autarquía, en condiciones extremas y sin poder contar con ayuda exterior.

Durante los largos meses del invierno en el hemisferio austral, con una temperatura exterior de 60 grados bajo cero (que llega a -75 por las noches), los once franceses y dos italianos serán casi inaccesibles: prisioneros del frío y de la noche, vivirán hasta noviembre a 3.600 metros de altura.