Con la consigna “las leyes nos separan pero la sangre nos une”, cerca de 40 personas, entre mujeres y niños familiares de ecuatorianos migrantes en España, realizaron anoche por segundo día consecutivo una vigilia en la Embajada de ese país en Quito.

La exigencia de los manifestantes es que se amplíe hasta julio el plazo de regularización. El acto incluyó una plegaria conjunta que fue dirigida por un sacerdote franciscano.