El primer año del operativo contra la guerrilla es cuestionado tanto en su parte militar como política.

El Plan Patriota, la mayor ofensiva desplegada por  Colombia y Estados Unidos contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) cumplió su primer año sin que esa guerrilla haya sido debilitada, con un Ejército cuestionado y la tarea aún pendiente de acabar con los rebeldes.

A un costo de 110 millones de dólares, la campaña en la que intervienen unos 17.000 militares apoyados logísticamente por Washington se desarrolla en los bastiones de las FARC enclavados en la selva e importantes centros de acopio y producción de droga, en los departamentos de Caquetá, Guaviare y  Meta.

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“Sigo dudando de la oportunidad y el propósito de esta campaña (...) porque parte del supuesto  de que la guerrilla está prácticamente derrotada y solo quedaría darle el  puntillazo final en la selva. Pero no hay tal”, afirmó el experto Alfredo Rangel en el diario colombiano El Tiempo.

“Resultados no hay. Hay un esfuerzo militar muy grande y costoso orientado  a que se cumpla la promesa del Ejército, que dijo que iba a capturar al menos a un miembro del Secretariado de las FARC, cosa que hasta hoy no se ha dado”, cuestionó el senador de izquierda Antonio Navarro.

El senador oficialista y ex ministro de Defensa, Rafael  Pardo, consideró que la falta de resultados no puede “desviar la atención sobre el objetivo central e intangible de la ofensiva: el control territorial del sur del país”.

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Según las Fuerzas Armadas, en la ofensiva han muerto 344 guerrilleros y 74 soldados y las FARC  calculan en 1.000 uniformados muertos o heridos y 19 abatidos en sus filas.

Al margen de los contradictorios balances, la campaña no ha cumplido el  objetivo para la que fue trazada: acabar con la retaguardia de las FARC y dar  captura o muerte a los miembros del secretariado (comandancia) de la  guerrilla.

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En este aspecto, el jefe militar de las FARC, Mono Jojoy, estuvo a  punto de ser capturado en junio del 2004 durante una acción de asalto del Plan Patriota, reveló El Tiempo.

Además del orgullo militar, en el Plan Patriota está en juego el capital político del presidente Álvaro Uribe, quien desde el inicio de su gobierno apostó a la derrota de los rebeldes consiguiendo el apoyo de EE.UU., que ha invertido millonarios recursos  en un plan que considera “decisivo” en la lucha contrainsurgente.