El nuevo gobierno de Iraq se posesionó ayer a pesar de que cinco carteras y los cargos de dos viceprimer ministros quedaron sin titular, lo que puso de relieve las dificultades para formar una gestión de unidad.

El primer ministro Ibrahim al Jafari no logró acuerdos para nombrar a ministros permanentes en las carteras de Petróleo, Defensa, Industria, Derechos Humanos y Electricidad, y tampoco pudo nombrar a dos de los cuatro viceprimer ministros.

Los problemas han sido causados por disputas acerca de cómo entregar algunos ministerios a la minoría musulmana sunita, que casi masivamente no votó el día del comicio, pero a la que todas las facciones políticas quieren verlos representados en el nuevo gobierno.

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Mientras, la ola de violencia sigue azotando al país y tropas de EE.UU. continúan enfrentándose a grupos de insurgentes en la ciudad de Ramadi, cerca de la frontera con Siria, provocando la muerte de unos 25 rebeldes.

Equipos de rescate hallaron ayer el cuerpo de un piloto estadounidense cuyo avión de combate F-18 se estrelló, pero aún está desaparecida una segunda nave.

Los dos F-18 desaparecieron el lunes por la noche mientras volaban en misiones desde el portaaviones USS Carl Vinson, que se encuentra en el Golfo Pérsico.

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Un portavoz militar dijo que no había indicios de que los aviones hubieran sido derribados por fuego enemigo y podrían haberse accidentado durante una tormenta de arena y rayos que afectó al centro de Iraq.