El primer ministro iraquí Ibrahim al-Jaafari juró su cargo este martes en Bagdad al frente de un gobierno incompleto de treinta miembros, más de tres meses después de las elecciones y dentro de un clima de extrema violencia.
 
Este martes murieron al menos 24 personas, entre ellas doce insurgentes, en  diversos ataques, señaló el ejército estadounidense que también perdió a uno de  sus pilotos y sigue sin noticias de otro.
 
En los últimos seis días, desde que se anunció la formación del Gobierno,  perdieron la vida por lo menos 150 personas en Iraq, en su mayoría civiles.
 
"Juro ante Dios preservar la independencia de Iraq, su soberanía, defender  los intereses de su pueblo, velar por la integridad de su territorio, de sus  aguas y de sus recursos naturales y aplicar la ley con honradez e  imparcialidad", declaró Jaafari apoyando su mano derecha sobre un Corán. Un  ritual que repitieron los demás miembros de su gabinete.
 
La ceremonia de investidura se celebró en una sala de conferencias de la  Zona Verde, un sector ultraprotegido en el centro de la capital, cinco días  después de que el Parlamento diera su visto bueno al nuevo Gobierno.
 
Pero la lista del gobierno presentada comprende treinta ministerios,  incluidos los cargos de primer ministro y de dos viceprimer ministros, o sea  siete menos que la lista provisional anunciada el 28 de abril.
 
Faltan sobre todo los nombres de los titulares de Defensa (una cartera  prometida a un sunita) y de Petróleo (reservada para un chiíta).
 
Según el Primer Ministro, la falta de consenso entre los sunitas ha  imposibilitado el nombramiento de un ministro de Defensa. "Hay discrepancias  entre los hermanos árabes sunitas y hemos preferido no ir demasiado rápido",  afirmó.
 
Todo apunta a que Defensa seguirá provisionalmente en manos de al-Jaafari y  el ministerio de Petróleo en las del chiíta laico Ahmed Chalabi, uno de los dos  viceprimer ministros designados junto con el kurdo Roj Shawees.
 
Tras la ceremonia, el presidente Jalal Talabani, un kurdo, brindó su apoyo  al Gobierno y deseó el bien al "nuevo Iraq, unido, federal e independiente".
 
Paralelamente, el ejército estadounidense anunció haber encontrado a  primera hora del martes el cuerpo de un piloto, muerto al estrellarse dos  aviones de combate el lunes por la noche en Iraq.
 
El segundo piloto sigue desaparecido, añadió en un comunicado sin  especificar el lugar del accidente pero aclarando que no han sido derribados  por "fuego enemigo".
 
Quince personas, entre ellas doce rebeldes, resultaron muertas el martes  por la mañana en enfrentamientos en un puesto de control estadounidense-iraquí  cerca de Ramadi, capital provincial de Al-Anbar (110 km al oeste de Bagdad),  según el ejército norteamericano.
 
Antes, el ejército estadounidense había anunciado que doce rebeldes,  sospechosos de mantener vínculos con la red del jordano Abú Musab al-Zarqaui,  jefe de Al Qaida en Irak, murieron el lunes en una operación de la Fuerza  Multinacional en la misma provincia de Al-Anbar.
 
Pero el grupo de Zarqaui desmintió la muerte de sus miembros en un  comunicado difundido en una página de internet islamista cuya autenticidad no  se puede verificar.
 
Otros tres "rebeldes", según el ejército, murieron en un ataque aéreo sobre  una tienda de campaña y un hangar en el que un camión sospechoso había cargado  material.
 
Además, murieron nueve personas en diversos ataques, entre ellas un  funcionario asesinado por hombres armados en Bagdad y un rebelde al estallar la  bomba que llevaba, según fuentes de seguridad.