Una momia de 2.300 años de antigüedad, que se conservó prácticamente a la perfección, fue develada este martes en las pirámides de Saqqara, un complejo edilicio situado al sur de El Cairo.
 
La momia, con una máscara dorada cubriendo su rostro e inserta en una cubierta de brillantes colores con imágenes de dioses y de diosas, no ha sido identificada.
 
Sin embargo se sabe que pertenece a la 30 dinastía faraónica. Había sido puesta en un sarcófago de madera y enterrada en la arena en el fondo de un pozo de seis metros de profundidad, antes de ser descubierta en fecha reciente por un equipo arqueológico encabezado por egipcios.
 
Hemos descubierto la que podría ser la momia más bella jamás encontrada en Egipto, dijo Zahi Hawass, director del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, mientras ayudaba a excavadores a sacar la tapa del sarcófago para mostrar el hallazgo.
 
Hawass dijo que expertos usarán un escanógrafo en el curso de la próxima semana para revelar más detalles acerca de la identidad de la momia, y de cómo vivió y murió.
 
La momia, descubierta hace dos meses, estaba cubierta de pies a cabeza en material similar al cartón donde aparecían varias imágenes, entre ellas la diosa Maat, divinidad del equilibrio y de la verdad.
 
También aparecen en la cubierta los cuatros hijos del dios Horus, con cabeza de halcón, y rituales y procesos para momificar a una persona.
 
Los artistas que hicieron esta momia hace más de 2.000 años demostraron el brillo que poseían los antiguos egipcios al usar asombrosos colores y dibujar su rostro de manera tan vívida, dijo Hawass.
 
La momia había sido enterrada dentro de la necrópolis del rey Teti, un área de sitios de entierro. Allí hay indicadores de cámaras de sepultura, puertas falsas que los antiguos egipcios creían eran utilizadas por los muertos para abandonar sus tumbas y templos.