A José Daniel y a Danilo Parra no solo los diferencia los géneros musicales que interpretan, sino también el estilo. Así lo demostraron durante el concierto que el sábado pasado ofrecieron en Guayaquil, en el coliseo Voltaire Paladines Polo.

Al espectáculo –que se inició a las 18h58 y concluyó a las 21h30– acudió poca gente, en su mayoría jóvenes de entre 13 y 21 años.
También hubo niños que, acompañados por sus familiares, coreaban las canciones y se unían a los gritos de las chicas cada vez que José Daniel o Danilo bailaban.

Son justamente el baile y el dominio y desenvolvimiento escénico lo que diferencia a estos hermanos, que cantaron con aplomo, se mostraron cálidos e interactuaron  con los presentes.

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José Daniel, quien se inclina por la música tropical, fue el encargado de abrir el show con su exitoso Besito de melcocha.
Le siguieron Vuelve conmigo, la bachata  Mis recuerdos, Guayaquil está muy triste, Ya me olvidé de ti, De qué está hecho el amor y La prueba de sonido.

Tras el cambio de músicos y coristas, la presentación de un video en el que, al igual que sucedió con José Daniel, reseñó su actividad musical, Danilo subió al escenario. Con las luces apagadas, el humo artificial y los acordes solitarios de la orquesta, él apareció con mayor pompa. El tema Preciosa, en versión pop tropical, le permitió dar rienda suelta a un constante movimiento de caderas que arrancó más de un grito.

Luego de una hora de interpretaciones, en la que repasó todos los temas de su álbum Mis canciones, Danilo recibió de Tower Records un Disco de Oro por las ventas de su  material. Para concluir el recital, los Parra cantaron a dúo y conquistaron. El público quedó satisfecho, a pesar de las momentáneas fallas de audio.