El desarrollo y el control de la actividad turística son los temas que priorizará la nueva ministra de Turismo, María Isabel Salvador. Consciente de que en 20 meses, tiempo que gobernarán las actuales autoridades, no van a cambiar las cosas, la funcionaria cree que “se pueden dejar sentadas las bases”.

Salvador nació en Quito, tiene preparación académica en turismo y ha trabajado más de quince años en el sector privado.

Pregunta: ¿Ha definido su plan de trabajo?
Respuesta: Uno de los principales objetivos es que el país comprenda que el turismo es una verdadera actividad productiva. Los anteriores gobiernos no lo han comprendido así.

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P: Para alcanzarlo, ¿cuáles son los proyectos en que trabajará?
R: El turismo aporta con 500 millones de dólares; si al sector se le entrega el 2% o 3% de esa cantidad se puede hacer mucho en el mediano plazo.

P: ¿En qué se invertiría ese monto, en caso de tenerlo disponible?
R: Existe la percepción y la preocupación de que solo se invierte en promoción internacional cuando el turismo interno genera alrededor del 54% de los ingresos del sector. Pero como la promoción está encaminada por el Fondo Mixto de Promoción, el Ministerio debe dedicarse al desarrollo turístico y al control de la actividad.

P: ¿Qué supone el desarrollo del sector?
R: Está la infraestructura vial y de salubridad para lo cual se requiere apoyo de los ministerios de Obras Públicas y Economía. También debemos pulir una base de datos de todos los recursos turísticos del país para convertirlos en productos y poder venderlos.

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P: ¿Y cómo controlará la actividad turística?
R: Se iniciará el control de los centros receptivos y la aplicación de normas en calidad y servicio. Hay hoteles que se venden como cinco estrellas, pero no cumplen todos los parámetros.

P: ¿En qué debe trabajar el país para mejorar su ubicación entre los destinos turísticos?
R: Un poco más de inversión en la promoción para llegar a los mercados prioritarios.

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P: ¿La constante inestabilidad política del país no reduce el flujo de turistas?
R: Reduce en la medida en que los medios la transmiten al exterior. Durante la semana en que se destituyó al anterior gobierno hubo las peores imágenes; pero mientras en Quito había la revolución de “los forajidos”, en Cuenca había la BITE (Bolsa Internacional de Turismo). Entonces, hay que informar lo malo y lo bueno, porque la imagen se proyecta internamente y en el exterior.