El Bayern de Munich se aseguró ayer su decimonoveno título de campeón alemán con la victoria obtenida en su visita al Kaiserslautern, 4-0.

Con el triunfo, el Bayern aumentó a once puntos su ventaja sobre el Schalke 04 (que empató a 3 con el Bayer Leverkusen) y se hace inalcanzable a falta de tres jornadas para que termine la Bundesliga.

El Bayern dominó claramente al Kaiserslautern desde el comienzo del partido y, aun antes de que Michael Ballack abriera el marcador en el minuto 18, se habían presentado ocasiones claras para los bávaros, como un cabezazo del peruano Claudio Pizarro que se estrelló contra el larguero.

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Tras el gol de Ballack, un remate de zurda de media vuelta dentro del área, vino una exhibición personal del holandés Roy Makaay que hizo los tres goles restantes para rematar al Kaiserslautern y asegurarle el título a su equipo.

Festejo
Hubo una fase, sin embargo, en la que pareció que el Bayern iba a tener que aplazar la fiesta, pues el Schalke iba adelante en el marcador 3-1 en el partido contra el Leverkusen.

El Schalke había empezado perdiendo por 1-0, con gol de Paul Freier, pero dos lanzamientos de falta del brasileño Lincoln lo habían adelantado en el marcador y luego el danés Ebbe Sand había hecho el tercero en el minuto 41.

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Luego el Schalke adoptó una actitud demasiado pasiva y eso fue castigado con goles de Dimitar Berbatov y Andrej Woronin que significaron el título para el Bayern.

El partido en Kaiserslautern terminó primero y los jugadores y el cuerpo técnico del Bayern se quedaron en el campo esperando.

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Cuando llegó la noticia del fin, vino la fiesta, con el tradicional baño de cerveza al que fue sometido el técnico Félix Magath, que logró coronarse ayer campeón en su primer año como técnico del Bayern.

“Estoy feliz y aliviado”, dijo Magath en medio de las celebraciones y empapado en cerveza después que Ballack, que fue capitán por la ausencia por lesión de Oliver Kahn, le derramase medio litro encima.