Los militares estadounidenses dejaron en libertad el domingo a 85 afganos, que estaban en sus prisiones en Afganistán, después de decidir que no significaban una amenaza y de que juraron lealtad al gobierno, dijeron funcionarios estadounidenses y afganos. 
 
Setenta de los presos fueron trasladados de la principal base estadounidense de Bagram hasta la capital y salieron en libertad después de una ceremonia en privado, informó a The Associated Press Rahmat Nadim, un funcionario afgano del servicio de inteligencia. 
 
Otros quince quedaron libres en una base cercana a la ciudad de Kandahar, donde recibieron obsequios y dinero a la par que una advertencia a fin de que no respaldaran a los militantes talibanes. 
 
"Esperamos que vayan de regreso a sus familias, vivan una vida tranquila y no cooperen con el Talibán", les dijo a los hombres el gobernador de Kandahar, Gul Agha Sherzai, antes de que salieran en libertad. "Si ustedes trabajan con el gobierno y con la coalición, su país progresará", recalcó. 
 
Las fuerzas estadounidenses detuvieron a miles de personas desde que ocuparon Afganistán en el 2001 para derrocar al ex gobierno talibán e impedir que el país continuara siendo un refugio y campo de entrenamiento para militantes de Al Qaida. 
 
La mayoría ha salido en libertad, pero muchos otros quedaron en la prisión estadounidense para sospechosos de terrorismo en Guantánamo, Cuba, o en otras prisiones militares en territorio afgano, especialmente en Bagram. En esta última prisión ha habido quejas de abusos a los prisioneros por parte de los soldados estadounidenses.