Los hinchas descargaron su ira por el  empate contra los carros parqueados a la entrada del túnel.

Al menos 20 vehículos que  estaban estacionados en el túnel del estadio Isidro Romero Carbo (Monumental) resultaron con los parabrisas, faros y espejos laterales rotos, tras el ataque de una turba de hinchas del Barcelona, la noche del viernes pasado, luego del partido que disputó el equipo amarillo frente al Olmedo de Riobamba.

Los aficionados causaron desmanes dentro y fuera del estadio, al parecer descontentos por el empate a 1 de su equipo con la escuadra riobambeña, en la undécima fecha del Campeonato Nacional de Fútbol y a 48 horas de las celebraciones por el 80º aniversario del club torero, que se cumple hoy.

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La violencia excedió los límites del terreno de juego. Como pocos, el partido que Barcelona y Olmedo disputaron la noche del viernes, por la undécima fecha del Campeonato Nacional de Fútbol, se caracterizó por el juego limpio dentro de la cancha.
Sin embargo, los espectadores realizaron desmanes dentro y fuera del Estadio Isidro Romero Carbo, en el que se disputó el encuentro.

Cuando faltaban cuatro minutos para la finalización del espectáculo deportivo, grupos de aficionados comenzaron a lanzar sin éxito bengalas y botellas de vidrio al campo de juego, con la intención de agredir a los jugadores de Barcelona que debieron salir de la cancha protegidos por los escudos de la Policía.

Pero lo peor se produjo después. Un grupo de casi cincuenta aficionados desahogó su impotencia por el resultado (1 a 1) contra los aproximadamente veinte vehículos que se encontraban estacionados a la entrada del túnel del estadio.

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Armados de piedras y material pétreo, los hinchas destrozaron los vidrios y faros de los automóviles, la mayoría de propiedad de los jugadores y directivos de Barcelona y de la Asociación de Fútbol del Guayas, entidad responsable de la organización del evento.

“Hubo piedras, balas, bombas lacrimógenas... Yo salía del estadio y, cuando intenté ir a ver mi carro no pude porque toda la turba huía de los gases en dirección hacia donde yo me encontraba”, recuerda Roger Zambrano, miembro de la Comisión de Arbitraje de la Federación Ecuatoriana de Fútbol y propietario de uno de los vehículos afectados.

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Fue la oportuna intervención de la Policía Nacional, así como la de un sujeto no identificado que realizó ocho disparos al aire, lo que pudo contener a la turba. Los miembros de las fuerzas del orden debieron recurrir al uso de gases lacrimógenos para dispersar a los revoltosos que, además, intentaron derribar la puerta de acceso a los camerinos para ingresar a agredir físicamente a los jugadores.

Sin embargo, una de las bombas usadas por la Policía penetró en el túnel de acceso a la cancha, donde se encontraban las esposas e hijos de los jugadores, así como algunos reporteros, quienes fueron afectados por los gases por lo que tuvieron que encender una fogata para contrarrestar sus efectos.

Galo Roggiero Rolando, presidente de la Comisión de Fútbol de Barcelona, deslindó de toda responsabilidad a aquella institución por los desmanes provocados por sus aficionados, y aseguró que por el momento no tomará ninguna medida al respecto “porque no sabemos a quién debemos recurrir, y tampoco a quién responsabilizar”. Por su parte, los futbolistas afectados con la destrucción de sus vehículos prefirieron mantenerse en silencio con respecto al tema.