Cebolla, melón, uva, papaya, palmito, espárrago eran los principales  renglones de exportación.

La península de Santa Elena se pudo convertir  en el gran granero de  América como se  pensaba, pero la falta de garantías para la producción y el alto costo del agua han desmotivado totalmente a los agricultores, sostuvo María Teresa Trujillo, productora de papaya hawayana y cítricos en la zona de Chanduy, vía a la Península.

Según la productora, con la construcción del trasvase de aguas del río Daule a la península de Santa Elena  se pensó en  reverdecer esta importante zona del país, lo que sucedió al inicio, pero con el pago de los 0,03 centavos por metro cúbico del líquido y sin capital de trabajo, ni préstamos de los bancos,  los agricultores quebraron y muchos abandonaron las tierras.

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La empresaria cree que se puede  reactivar la producción en la zona, pero con garantías y un cobro racional del agua por caja  o tonelada producida,  para que los agricultores  puedan respaldar su inversión que solo obtienen con sus ventas.

Osmedi Cerna, productor de hortalizas en la presa El Azúcar, agregó que ellos esperaban que al  pasar el servicio del trasvase a una tercerizadora  el trabajo mejoraría,  pero “solo funcionó bien al principio dieron   mantenimiento y bombeo, por presión de los agricultores”.

Pero el gerente  de Agro-trasvase,  Carlos Patiño, explicó que ellos no son tercerizadora  sino una sociedad anónima y como único accionista  está Cedegé.
Acotó que se  trabaja con un mantenimiento que les permite funcionar, ratificando  que desde mayo se cobrará mensualmente la tarifa del agua para tener mayor liquidez en la institución.

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Cerna resaltó que como se ha manejado la situación  no se cumplirán definitivamente los proyectos  para  producir 20.000 hectáreas.

“Si se pudiera llegar a eso nos bajaría a todos los productores el costo del agua y mejoraría el servicio; pero  adecuar el agua, porque es de mala calidad, nos encarece más el precio, aparte del manejo especial que debemos dar a los suelos”, sostuvo.

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Por ejemplo, añadió,  en la presa El Azúcar no hay ni 5.000 hectáreas sembradas porque gran parte de los productores han abandonado sus tierras, recalcando que en la zonas la mayoría  de terrenos son de comuneros que no producen nada,  no utilizan el agua y encarecen el costo de las tierras.

Carlos Salas, asesor técnico de Ecuaquímica, manifestó que desde 1999, tiempo desde el cual trabaja en la zona, es notable la reducción de las áreas de siembra.

Explicó que por ejemplo en cebolla, antes atendían 800 hectáreas y en la actualidad no llegan ni a 40; en melón de exportación atendían 1.000 hectáreas y que actualmente  solo tienen  200.

Los factores para esta baja son la mala calidad de agua y la falta de crédito para producir, por lo que los agricultores han  abandonado las tierras.

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Julio Cueva,  productor de cebolla en la comuna San Rafael, con sus hermanos perdió 50.000 dólares por la baja en el precio de la hortaliza y su alto costo de producción , por lo que abandonaron sus tierras.

Actualmente pretende retornar a la actividad pero  no logra un crédito en el Banco Nacional de Fomento.