Y dieron las diez de la noche y Joaquín Sabina, en plena recuperación de sus problemas de salud, dio por concluida el viernes una velada poética en la norteña ciudad mexicana de Tampico, ante más de mil jóvenes que querían más de él.
 
El cantautor español prometió volver muy pronto a los escenarios, luego de las experiencias relacionadas con su salud que le obligaron a retirar un poco el pie del acelerador.
 
"Ahora la nariz me sirve solamente para respirar", dijo con sentido del humor, que arrancó risas del público que se reunió en la Casa de la Cultura de Tampico para escuchar a Sabina leer poemas y hacer reflexiones.
 
Contrario a su famosa canción "Y nos dieron las diez", Sabina no estiró la noche para seguir la marcha. El artista español llegó ayer a este puerto "a conocer este otro México, porque Méxicos hay muchos". 

"Todos los Méxicos son contradictorios y caóticos", dijo al reconocer que él es igual.
 
Hombre de profundos afectos, Sabina tiene uno muy especial por México, por su gente, por su música, por el hecho de haber sido en este país en donde encontrara a uno de sus más admirados personajes: el compositor José Alfredo Jiménez, cuya música suena perpetuamente en su piso de Madrid.
 
Pero su estancia en este lugar de México tiene un propósito: recordar la obra suprema de la literatura universal, El Quijote, de Miguel Cervantes, y mostrar algunos de sus propios trabajos literarios, algunos escritos recientes y otros sacados del cajón.
 
"México fue en Latinoamérica el primer lugar en donde me presenté, y eso te deja una especie de memoria agradecida; llevo un par de años sin cantar y quise venir a México a ver a mis amigos y a celebrar a Cervantes", dijo Sabina.
 
"Creo que México es el laboratorio más importante, hablando de temas sociales, políticos, folclóricos y culturales de la última mitad del siglo XX, cada vez que viene uno a México, es otro diferente, y además no hay solamente uno, y el de Tampico no lo conocía", afirmó.
 
"Los mexicanos son muy cómplices, muy regalones, muy cariñosos y muy generosos, a veces incluso en exceso; a mí me gusta la celebración de la amistad, por eso aquí me siento muy en casa", declaró.
 
"Números rojos" será su próximo disco, que terminará tan pronto regrese a España. Esta nueva producción, que saldrá a la venta para octubre o noviembre, tendrá unas 30 canciones.
 
Sabina señaló que hará un par de libros, uno de ellos una compilación de versos satíricos publicados en una revista, y otro que se llamará "A vuelta de corazón", una colección de cartas en verso intercambiadas con figuras como Silvio Rodríguez o el "subcomandante Marcos", el rebelde zapatista que se alzó en armas en el sur de México.
 
Idealista como muchos de los artistas de su generación, a Sabina le gustaría "vivir en un mundo en donde a nadie se le tuviera que pedir el pasaporte, en donde no hubiera fronteras".
 
"España exportó emigrantes durante muchos años, ahora estamos recibiendo inmigrantes. Lo que pasa ahora es que los españoles no se acuerdan que primero fuimos nosotros los emigrantes y que nos trataron mal, así que algunos están tratando mal a los que vienen ahora,  Malditos sean!", dijo Sabina.
 
"Mi amigo, el Gabo García Márquez, ha estado quince años sin ir (a España), pues dijo que mientras se les pida el visado a los colombianos él no iría, ahora ha ido porque ya no podía aguantar más", aseguró.
 
"Por cierto,  Maldito Schwarzenegger!,  Maldito Adolf (Arnold) Schwarzenegger!", expresó el compositor en referencia al gobernador de California (EE.UU.), que simpatiza con un grupo civil estadounidense que "caza" a inmigrantes indocumentados.
 
El cantautor español participará hoy en las lecturas de El Quijote, que tendrán lugar en una plaza pública de Tampico.