Miles de personas formaron fila ayer para comprar la última serie de monedas de euros del Vaticano con la imagen del fallecido Papa Juan Pablo II, acuñadas antes de su muerte.

Algunos llevaron bolsas de dormir y acamparon en las calles cerca de la Basílica de San Pablo Extramuros, un edificio que se remonta al siglo IV, para conseguir alguno de los juegos de ocho monedas antes de que se acabaran.

Pero no todos los que acudieron eran simples coleccionistas. Muchos buscaban un buen retorno sobre su inversión, con expectativas de que el costo de 23 euros (29,73 dólares) ofrezca un rendimiento de más de 300 euros.