Un grupo de cardenales y obispos latinoamericanos, en representación del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), invitó ayer al papa Benedicto XVI a Quito (Ecuador), con ocasión de la conferencia continental de purpurados, manifestaron fuentes diplomáticas.
Los jerarcas de la Iglesia latinoamericana, entre ellos los cardenales chileno Javier Errázuriz Ossa, arzobispo de Santiago de Chile, y el colombiano Pedro Rubiano Sáez, arzobispo de Bogotá, formularon la invitación durante el encuentro con el nuevo Papa en el palacio apostólico.
Junto con los purpurados se encontraban los obispos Carlos Aguiar Retes, de Texcoco (México); Geraldo Lyrio, de Vitoria da Conquista (Brasil); y Andrés Stanovnik, de Reconquista (Argentina).
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“Creo que el nuevo Papa no viajará demasiado, solo lo estrictamente necesario. Pero me parece que tiene una cita que no puede evitar: la reunión de obispos de América Latina que se celebrará en Quito”, declaró el embajador colombiano ante la Santa Sede, Guillermo León Escobar.
“Ese viaje lo va a poder realizar y el que va a Quito va a Bogotá, en Colombia”, agregó el diplomático.
La Iglesia latinoamericana está preparando la V Conferencia de obispos de todo el continente y pese a que la fecha aún no ha sido fijada, espera que el nuevo Pontífice asista a la reunión.
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El primer viaje de un pontífice a América Latina fue precisamente el de Pablo VI a Colombia, en 1968, para asistir a la II Conferencia de la entidad, en Medellín.
El Celam, que presta servicios de contacto, comunión, formación, investigación y reflexión a las 22 conferencias episcopales, repartidas desde México hasta el Cabo de Hornos, incluyendo el Caribe y las Antillas.
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Sus directivos son elegidos cada cuatro años por una asamblea ordinaria que reúne a los presidentes de las conferencias episcopales de todos los países de la región.