El pueblo quiteño nos ha dado otra lección de valentía y patriotismo, al haber logrado el derrocamiento del ex dictador Lucio Gutiérrez Borbúa, en apenas ocho días de lucha.

Es el amor a la patria de estudiantes secundarios y universitarios progresistas, de habitantes marginados de la política social del Gobierno, lo que permitió que los ecuatorianos nos hayamos librado de las garras de la pandilla Gutiérrez Borbúa.

El manejo económico de las empresas públicas controladas y administradas por el coronelazo y sus secuaces, deberá ser sometido a serias investigaciones de auditoría por las autoridades correspondientes, y vigilado por el nuevo Primer Mandatario, doctor Alfredo Palacio, como lo son por ejemplo: Petrocomercial, Pacifictel, Electroguayas, Autoridad Portuaria. y otras que son las “carnezotas” o “gallinas rendidoras”, que las controlaba dicho clan.

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Luis Morocho Ramos
Guayaquil

La demagogia, hermana pervertida de la democracia, desde hace miles de años, a espaldas de civilizaciones, continúa su labor de devorar hombres.

Gracias a esa versatilidad en nuestro país, tres ecuatorianos que habían escogido el ostracismo voluntario para pagar sus faltas contra el Estado, recibieron su indulto. Para ello, la demagogia hizo desaparecer nuestra Constitución, y luego procedió a devorar a los representantes más conspicuos del poder público.

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Estamos asistiendo a la decadencia política. Podemos erguirnos al borde del abismo si comprendemos que la demagogia criolla tiene por madre  al centralismo. El día que este desaparezca y entren en vigencia legal las autonomías provinciales, llegaremos a sofocar a la demagogia.

Raúl Alvarado Suárez
Guayaquil

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La salida del coronel Gutiérrez ante la presión ciudadana, en especial de Quito, fue constitucional porque al haber firmado un decreto destituyendo a la Corte Suprema de Justicia anterior, se convirtió en dictador y abandonó el cargo de Presidente para el cual fue elegido democráticamente.

El Congreso dio paso a la sucesión constitucional a diferencia de lo que sucedió en 1997 en que se violó la Carta Magna con un interinato de ingrata recordación, y se acortó, porque les dio la gana, el período presidencial 1996-2000 hasta 1998, y se convocó a la Asamblea Constituyente que nada bueno hizo; más bien aumentó el número de legisladores de 69 a 120.

No estoy de acuerdo con convocar a Asamblea Constituyente ni con el adelanto de las elecciones previstas para octubre del 2006, porque se estaría haciendo lo mismo que en 1997 en que se violó la Carta Magna.

Mario Ordóñez Zambrano
Quito

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