El Congreso reinició este martes sus  actividades tras haber destituido hace una semana al presidente Lucio  Gutiérrez, con una sesión en la que declaró cesantes a once legisladores que se aliaron con  el ex mandatario y a los Tribunales Constitucional y Supremo Electoral.
 
Con 72 votos del Parlamento (100 curules), el fallo legislativo fue declarar cesantes a cinco ex militantes del movimiento indígena Pachakutik, tres del  Partido Social Cristiano (PSC, incluido un alterno), dos de la Izquierda  Democrática (ID, un suplente) y al independiente Vicente Olmedo. A todos ellos  acusó de violar el código de ética.
 
La decisión de declarar cesantes a los nueve vocales del TC fue adoptada con el voto de  58 legisladores y la de destituir a los siete miembros del TSE con el de 59  congresistas.
 
El Congreso no hizo ninguna nueva designación para esos organismos en la  sesión de este martes, luego que los reestructurara el 26 de noviembre último por  una mayoría entonces afín al gobierno de Gutiérrez.
 
Quintana, del Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE, del ex presidente Abdalá  Bucaram), argumentó este martes que su destitución violó la Constitución, pero se  inclinó por la autodepuración legislativa.
 
"Que se vayan todos", dijo Quintana al identificarse con los gritos de dos  centenares de personas que en los exteriores del edificio legislativo pedían  que los 100 diputados que integran el Parlamento abandonen sus cargos.
 
La protesta, que fue pacífica, se cumplió en la plaza de La Alameda, donde  unos 500 policías provistos de cascos y escudos de plástico mantuvieron una  severa vigilancia.
 
A la sesión legislativa concurrió el diputado Gilmar Gutiérrez, hermano del  derrocado presidente Gutiérrez, quien desde pasado domingo se encuentra asilado  en Brasil.
 
Gilmar manifestó que disuadió a sus paisanos de la provincia amazónica de  Napo, con capital Tena, a unos 110 km. al sureste, de trasladarse a Quito, donde  pretendían iniciar protestas por el derrocamiento de su hermano.
 
Entretanto, por decisión propia, seis diputados de las distintas tiendas  políticas renunciaron hoy a sus cargos y dejaron ante la secretaría del  Parlamento las respectivas cartas de dimisión.
 
El primero en hacerlo fue Carlos Vallejo, del PRIAN, partido del  multimillonario Álvaro Noboa, quien pidió perdón a sus electores "por los  errores que haya podido cometer", pero aseguró: "me retiro tranquilo".
 
De otro lado, los diputados Marco Proaño y Freddy Cruz, ambos del PRE,  anunciaron su desafiliación de ese partido por problemas con los dirigentes de  esa colectividad liderada por Bucaram, quien regresó este martes a Panamá para pedir  asilo político.