Los laboristas no introducirán el euro en Gran Bretaña hasta que no sea ventajoso económicamente para el país, declaró este lunes el ministro de Finanzas Gordon Brown.
 
"Apoyamos en principio el euro, pero (...) cualquier decisión debe estar basada en el interés económico nacional y ser clara y sin ambigüedades", afirmó el ministro de Finanzas ante un grupo de empresarios.
 
Gordon Brown, considerado como un euroescéptico, estimó en junio de 2003  que no se cumplían los cinco "criterios" económicos fijados por el mismo.
 
El ministro se había comprometido a reexaminar el estado de la economía  todos los años aplicando estos requisitos: la convergencia de los ciclos  económicos de Gran Bretaña y de la zona euro, la flexibilidad de su economía,  el impacto del euro en las inversiones en el país, en sus servicios financieros  y en el crecimiento, así como la estabilidad y el empleo.
 
El lunes, el dirigente del Partido Conservador, Michael Howard, reiteró su  oposición a la implantación del euro en Gran Bretaña al pronunciar un discurso  ante los mismos hombres de negocios.
 
Alrededor de 63 patrones firmaron un texto de apoyo al Partido Laborista  que el Financial Times publicó el lunes, cuando faltan diez días para las  elecciones legislativas.